Las células tumorales del cáncer de colon necesitan a las sanas para hacer metástasis

La investigación, que publica la revista «Cancer Cell» y se basa en 345 casos de pacientes con este cáncer -el segundo con más mortalidad-, constata, por primera vez, que las células tumorales necesitan la complicidad de las células sanas, conocidas como estroma, para poder colonizar los órganos durante el proceso de metástasis. «Hemos comprobado que para poder sobrevivir, las células malignas corrompen a las sanas en la fase inicial de la metástasis, lo que nos hace pensar que si éstas no colaboraran se frenaría la expansión del tumor» , dice Batlle. En concreto, el equipo liderado por Batlle, en colaboración con facultativos de los hospitales Clínic, del Mar y Sant Pau de Barcelona, ha descubierto que cuando las células tumorales llegan al hígado desplazándose a través del torrente sanguíneo liberan una molécula denominada TGF-beta.

En ese momento, las células sanas del entorno, como los macrófagos, leucocitos, fibroblastos y células endoteliales, reaccionan produciendo una proteína denominada Interleucina-11 (IL-11), que es de la que se sirven las células malignas para sobrevivir en ese entorno hostil. «Hemos descubierto que sin la complicidad de las células del estroma no hay metástasis», apunta el investigador del IRB, quien señala que prácticamente en el 90% de los casos estudiados las células sanas fueron «corrompidas» por las malignas. «La Interleucina induce en las células tumorales una serie de cambios genéticos que le confieren la capacidad de sobrevivir en el nuevo organo colonizado, que casi siempre es el hígado, aunque puede ser también el riñón», aclara el investigador del IRB, quien destaca que el hallazgo supone un «giro importante» en el enfoque de la investigación.

«En este trabajo hemos analizado más la tierra que la semilla, es decir, podemos saber si una planta crecerá o no comprobando simplemente si el substrato está fertilizado. Del mismo modo, podemos predecir si un cáncer se expandirá o no si encuentra condiciones en el terreno que le ayuden en el proceso», explica Batlle. Añade que «en este caso, el TGF-beta sería el fertilizante que permitiría crecer a la semilla tumoral».

El descubrimiento, que se ha presentado hoy en el marco de la Conferencia Barcelona Biomed sobre «Células madre normales y tumorales», organizada por el IRB y la Fundación BBVA, abre la puerta al hallazgo de fármacos capaces de bloquear la interacción entre células tumorales y sanas, y, por lo tanto detener el proceso de expansión del tumor. Permite, asimismo, el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico que permitan predecir recaídas y adaptar los tratamientos. En este sentido, la doctora Sancho ha avanzado que gracias a los resultados de la investigación dentro de cinco años podrá haber un test que permita predecir el riesgo de metástasis en este tipo de cáncer. «Si sabemos que esta persona no va a desarrollar metástasis no hace falta que se someta a quimioterapia y si sabemos que sí va a avanzar el tumor se le puede tratar con terapias más agresivas», avanza Batlle.

El cáncer de colon representa la segunda causa de muerte por cáncer en todo el mundo, y los afectados tienen un alto riesgo de recaídas en torno al 40% una vez se ha eliminado el tumor primario.