El Tribunal del Vaticano concluirá el juicio al mayordomo del Papa la semana próxima
Convocado como testigo el secretario personal, monseñor George Gaenswein
juan vicente boo
El mayordomo del Papa tendrá un proceso rápido. Al término de la primera sesión, celebrada el sábado, el presidente del Tribunal del Vaticano fijó la segunda audiencia para el martes 2 de octubre y dio a entender que bastarán cuatro sesiones, por lo que el ... juicio no «oscurecerá» mediáticamente el Sínodo de Obispos sobre la Nueva Evangelización que comienza el domingo 7 de octubre.
Vestido con un sobrio traje gris, Paolo Gabriele estaba serio pero sereno durante la primera audiencia, en la que el Tribunal rechazó la mayor parte de las objeciones maximalistas presentadas por su abogada defensora . Cristiana Arrú había llegado a pedir incluso la nulidad de la sentencia de envío a juicio por excesiva «generalidad» de los cargos ya que no se ha incluido en las actas la «descripción del cuerpo del delito», es decir, del centenar largo de documentos cuyo «robo con agravantes» puede llevar a una pena de hasta cuatro años de prisión.
La segunda audiencia, el martes 2 de octubre a las 9 de la mañana, se abrirá con el interrogatorio de «Paoletto» y quizá incluya también el de alguno de los ocho testigos, entre los que destaca el secretario personal del Papa, monseñor Georg Gaenswein, en cuyo despacho fotocopiaba los documentos aprovechando sus ausencias, y que fue precisamente quien le identificó como principal sospechoso.
Los otros siete testigos convocados son una de las cuatro mujeres italianas que administran el apartamento del Papa y seis agentes de la Gendarmería Vaticana. A primera vista, todos parecen ser testigos de la acusación. Aunque el mayordomo ha reconocido durante los interrogatorios del proceso de instrucción el robo de cientos de documentos del Papa, el vetusto código penal italiano de 1889 que sigue utilizando el Estado del Vaticano prevé llevar a cabo el juicio por si alguien se declarase falsamente responsable de un delito para encubrir al verdadero culpable.
Segundo imputado: el técnico informático
El segundo imputado, el técnico informático Claudio Sciarpelletti , acusado tan sólo de «favorecimiento» de una parte mínima del delito de Gabriele no se presentó en el aula, pero su abogado defensor consiguió que el juez aceptase la separación de procesos y el aplazamiento de su juicio hasta que termine el del mayordomo.
A su vez, la abogada de Paolo Gabriele comenzó su defensa presentando al tribunal una larga lista de objeciones y peticiones desmedidas. Después de una reunión de los tres jueces a puerta cerrada, el presidente anunció el rechazo de todas las objeciones importantes, dejando para más adelante la decisión relativa a los documentos confidenciales del Papa que el mayordomo conservaba todavía en su habitación de la residencia veraniega de Castel Gandolfo, que no es territorio del Estado del Vaticano sino de Italia.
El resto de la trama
La primera sesión del juicio no aportó ninguna luz sobre lo más interesante: el resto de la trama de personas que han filtrado documentos de «Vatileaks» aparte de Gabriele y Sciarpelletti . La justicia del Vaticano conoce los nombres de otros tres “filtradores” de documentos, identificados como «Y», «W» y «X» en las actas del proceso de instrucción, así como el nombre de un confidente de Gabriele, identificado como «padre espiritual B», a quien el mayordomo entregó una segunda copia de todos los documentos suministrados a un periodista italiano y publicados en un grueso libro el 19 de mayo.
La requisitoria del fiscal, hecha pública el pasado 13 de agosto, mencionaba también la autorización de un tercer registro en las oficinas de un tercer sospechoso, distinto de Gabriele y Sciarpelletti. Podría tratarse de algún miembro de la Gendarmería Vaticana pues la «pista» era la filtración de un documento interno sobre vigilancia de la casa romana de un funcionario vaticano sometido en ese mismo momento a escuchas de la Gendarmería en su oficina vaticana el 21 de abril del 2008.
El juicio iniciado el sábado es, probablemente, el más importante en toda la historia del Tribunal del Estado del Vaticano, cuya competencia es el pequeño territorio de medio kilómetro cuadrado nacido como Estado en 1929 en virtud de los Pactos Lateranenses de mutuo reconocimiento entre Italia y la Santa Sede.
Durante los años de la «Guerra Fría» y, sobre todo, durante el pontificado de Juan Pablo II, tanto el KGB como los servicios secretos comunistas de la Republica Democrática Alemana y de Polonia consiguieron colocar muchos espías en el entorno del Papa. Pero ninguno sacó tantos documentos confidenciales como el «mayordomo infiel», Paolo Gabriele.
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