Iglesias no sabe cuántas residencias de ancianos intervinieron las comunidades autónomas

Una norma dictada por Sanidad en marzo obligó a las regiones a detallar al Ministerio de Derechos Sociales los centros en los que tomaron el control

Iglesias, junto a Illa, el 19 de marzo, cuando anunció las medidas del Gobierno para paliar la situación en las residencias de ancianos ABC

El día 19 de marzo, cinco jornadas después de que se decretara el primer estado de alarma, el vicepresidente segundo Pablo Iglesias compareció en rueda de prensa desde Moncloa y anunció una batería de medidas, diseñadas por su gabinete en colaboración con el Ministerio de ... Sanidad, para frenar la pandemia. Entre ellas estaban las directrices para intentar frenar el golpe del coronavirus en las residencias de ancianos . El movimiento puso al líder de Podemos en el foco después de que todo el protagonismo mediático lo concentraran hasta entonces el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro Salvador Illa. Y también hizo caer sobre sus hombros la responsabilidad de lo que ocurriera en estos centros, uno de los focos sobre los que se cebó el virus durante la primera ola de la pandemia. «Para el Gobierno es una prioridad absoluta responder a la situación que se está originando en los centros de mayores», suscribió aquel día el vicepresidente segundo. Pese a ello, el Ministerio de Derechos Sociales admite ahora, en plena segunda ola, que no tiene un registro de aquellos geriátricos que fueron intervenidos por las comunidades autónomas, pese a que les autorizó a hacerlo con la obligación de comunicárselo.

Así lo especifican las directrices que elaboraron Sanidad y Derechos Sociales durante los compases iniciales de la pandemia. El 24 de marzo, con el virus desbocado en los centros asistenciales de mayores, se publicó una orden en el BOE que facultaba a los ejecutivos regionales a intervenir aquellos geriátricos en los que la situación fuera insostenible y comunicárselo tanto al gabinete de Illa como al del vicepresidente segundo. « Realizada la intervención oportuna, se notificará la misma con indicación sucinta del establecimiento en el que se produjo la incidencia, situación abordada, medios activados y situación final, a los Ministerios de Sanidad y de Derechos Sociales y para la Agenda 2030», expone la orden SND/275/2020, de 23 de marzo.

«No consta en este ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que se haya recibido, por parte de ninguna comunidad autónoma, notificación alguna de la autoridad competente respectiva comunicando la asunción del control de cualquier residencia de ancianos en su respectivo territorio»

Ignacio Álvarez

Secretario de Estado de Derechos Sociales

No obstante, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Ignacio Álvarez, admite que allí no tienen constancia de que alguna Comunidad Autónoma les haya avisado en el momento en el que intervinieron una residencia de ancianos . «No consta en este ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que se haya recibido, por parte de ninguna comunidad autónoma, notificación alguna de la autoridad competente respectiva comunicando la asunción del control de cualquier residencia de ancianos en su respectivo territorio», afirma Álvarez en su respuesta a una consulta ciudadana recibida a través del Portal de Transparencia y a la que ha tenido acceso ABC.

El documento en el que el Ministerio de Derechos Sociales admite que no tienen constancia de ninguna comunicación de las autonomías sobre las residencias intervenidas ABC

Situación límite

Álvarez sostiene que las regiones sólo deberían informar a su Ministerio en unos supuestos, recogidos en el apartado quinto de dicha norma. La orden establece, textualmente, que las regiones deben tomar el control e informar de ello ante la «imposibilidad, por ausencia de medios personales, materiales, circunstancias físicas o de otra índole» de cumplir con las medidas específicas ordenadas para frenar la pandemia o ante «cualquier otra circunstancia análoga que ponga en grave peligro la integridad y sostenimiento del servicio que se presta». El propio Iglesias admitió, el mismo 19 de marzo, al comparecer para anunciar las medidas a tomar en residencias, que la situación era insostenible en algunos centros: «Sus plantillas están desbordadas, en muchos casos no han dispuesto de los equipos protección necesarios para atender a personas positivas por coronavirus y ha habido, por desgracia, casos de contagios y fallecimientos de residentes en algunos de estos centros».

Encontrar una cifra oficial de los muertos en residencias de ancianos durante la primera ola de la pandemia es prácticamente imposible. El Ministerio de Sanidad, que no se ha caracterizado durante esta crisis sanitaria por ofrecer unos datos claros o transparentes, tampoco ayuda a esclarecer la incógnita. No obstante, El País citó un informe interno, precisamente de la secretaria de Estado de Derechos Sociales, que eleva la cifra de fallecidos en residencias asistenciales -tanto de ancianos como de discapacitados- por encima de los 20.000 durante la primera ola. Queda claro, al calor de estos datos del gabinete de Iglesias, que algo falló en las residencias y que fueron numerosísimas las que no pudieron tomar medidas para controlar la pandemia u ofrecer un servicio asistencial de manera segura, justamente por las circunstancias que expone la norma citada por Álvarez. Pese a las evidencias, el secretario de Estado de Derechos Sociales echa balones fuera y remite al solicitante de la información a las distintas comunidades autónomas si quiere recabar esta información.

Las regiones sí lo saben

La afirmación del secretario de Estado de Derechos Sociales no concuerda con las versiones del mismo asunto que ofrecen algunas regiones. Y no hace falta escarbar demasiado. Es suficiente con lanzar la misma pregunta, pero al revés, a las autonomías: «Listado de residencias de ancianos en las que la autoridad competente regional asumió o comunicó al Ministerio que tomaría el control en virtud de la orden SND/275/2020, de 23 de marzo». La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, a través de una resolución vía Transparencia, expone que lo hizo hasta en seis ocasiones durante la primera ola. De igual modo ofrece el nombre de la residencia, la localidad en la que se encuentra y la fecha en la que la empezó a gestionar la Administración regional. Se trata de los siguientes geriátricos: «Valle del cuco» -en Adrara de Haza (Burgos), intervenido el 25 de marzo-, «Reina Amalia II» -Briviesca (Burgos), el 17 de abril-, «El Roble» -Caboalles de Abajo (León), 1 de abril-, «Caracillo» -Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1 de abril-, «Tomás Mateos» -La Fuente de San Esteban (Salamanca), 24 de abril- y «Santa Inés» -La Fuente de San Esteban (Salamanca), 24 de abril-.

Extracto de la resolución de Transparencia en la que la Junta de Castilla y León ofrece el listado de residencias de ancianos intervenidas durante el primer estado de alarma ABC

Con las órdenes dictadas al inicio de la pandemia como marco de referencia, la respuesta del gabinete de Iglesias en una mano y la de la Junta de Castilla y León en otra, algo no cuadra. O bien el Ministerio de Derechos Sociales dice no saber cuántas residencias fueron intervenidas para esconder una información pública; o bien el vicepresidente no hizo su trabajo y no fue capaz, después de ordenar a las autonomías que tomaran el control de los centros donde la situación fuera insostenible, de controlar su actuación durante la pandemia pese a haberse erigido como el líder dentro del Gobierno a la hora de dar respuesta a la emergencia sanitaria que sufrieron los centros de mayores españoles.

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