La iglesia oficial china reconoce la autoridad de Benedicto XVI
AFPEl Papa y el cardenal Joseph Zen, obispo de Hong KongJUAN VICENTE BOO CORRESPONSALROMA. El silencio de la Iglesia oficial ante la carta en que el Papa reivindicaba su autoridad sobre las «dos
El silencio de la Iglesia oficial ante la carta en que el Papa reivindicaba su autoridad sobre las «dos Iglesias católicas» de China terminó ayer de un modo tan inesperado como sorprendente. En una larga entrevista con un diario de Roma, el jefe de la ... Iglesia patriótica, Liu Bainian, que ha dedicado toda su vida a romper la unidad con el Vaticano, declara que «espero con todas mis fuerzas que un día el Papa venga a Pekín a celebrar la misa para nosotros. No pueden imaginar el deseo que tenemos de verlo».
A mediodía, cuando un grupo de periodistas preguntó a Benedicto XVI si piensa aceptar la invitación a ir a China, el Santo Padre respondió, «no puedo hablar en este momento. Es un poco complicado». La ruptura con el Vaticano en 1951 y la represión de la Iglesia católica durante más de medio siglo son todavía una realidad, pero la «rama de olivo» del principal burócrata comunista parece indicar el final de la persecución o, al menos, el abandono del intento de crear una Iglesia nacional.
Magisterio de la Santa Sede,
Liu Bainian -un laico de 74 años llamado «el Papa chino» pues gobierna la Iglesia oficial, dispone de sus bienes y escoge los obispos-, declaró al periódico italiano «La Repubblica» que «la Santa Sede es la única representante de Jesucristo en la tierra, y como católicos tenemos que seguirla. Afirmamos también nuestra independencia política y económica, para no ser una iglesia colonial».
Según Bainian, «la gran diferencia de la carta del Papa del 30 de junio con la línea anterior es que ha desaparecido toda oposición al socialismo, y no nos acusa de cismáticos. Es la primera vez que los chinos escuchan del Papa que se puede ser católico y, a la vez, amar el propio país».
Benedicto XVI intenta superar la división de la Iglesia en China reivindicando su autoridad también sobre la Iglesia oficial, cuyos obispos han sido nombrados por el Gobierno pero, en un 90 por ciento, han pedido en privado el reconocimiento del Papa, que se lo ha dado a casi todos. La Iglesia patriótica goza en el país asiático de libertad de culto, pero no de predicación, pues no puede, por ejemplo, oponerse al aborto, obligatorio en China después del primer hijo.
Obispos clandestinos
Para reconciliar la Iglesia patriótica, que suma cinco millones de fieles, y la Iglesia clandestina, que supera las ocho millones, Benedicto XVI invitó a los obispos clandestinos, buena parte de los cuales han sufrido o sufren largos años de cárcel, a pedir el reconocimiento oficial al Gobierno y a tratar como hermanos a los obispos de la Iglesia oficial.
Liu Bainian manifestó en su entrevista que el problema del nombramiento de obispos «se puede resolver y se resolverá, espero que muy pronto». La fórmula más probable seria la de conceder a China el privilegio de presentación de candidatos, sistema que han tenido muchas naciones y que en la actualidad está vigente en algunos países como Vietnam.
La única «línea roja» que ha trazado Bainian es el apoyo a los sindicatos libres: «la República Popular no puede aceptar que se use la religión para interferir en asuntos internos.El Gobierno de Pekín no aceptará que se repita lo que la Iglesia católica ha hecho en Polonia».
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