presentación del libro «Los doce obispos mártires del siglo XX en España»
«En el siglo XX los obispos volvieron a ser mártires», recuerda Martínez Camino
El portavoz de la CEE evita la polémica sobre el IBI pero advierte que se quiso erradicar la presencia pública de la Iglesia
«En el siglo XX los obispos volvieron a ser mártires», recuerda Martínez Camino
«En el siglo XX, los obispos volvieron a ser mártires», ha afirmado este miércoles Juan Antonio Martínez Camino , portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en la presentación del libro Los doce obispos mártires del siglo XX en España, de ... la historiadora María Encarnación González Rodríguez . Y es que desde la primera época de las persecuciones, había habido obispos españoles que dieron su sangre por la fe en tierras de misión, por ejemplo, en el siglo XIX en Vietnam, pero no de la forma como se reprodujo el fenómeno en el siglo XX.
«Queda por escribir una historia del martirio en el siglo XX», insistió Martínez Camino, y recordó: «Lo que sucedió en España se inscribe en lo que aconteció en toda Europa; en Rusia murieron 250 obispos ortodoxos y 105.000 sacerdotes fueron fusilados» por causa de la fe.
Martínez Camino justificó un libro específico sobre mártires episcopales porque ya la CEE había publicado otros sobre laicos. Son: Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo XX en España, Quiénes son y de dónde vienen, y Beatificación de 498 mártires del siglo XX en España. Los doce obispos mártires del siglo XX en España es, pues, el cuarto volumen de la colección «Mártires del siglo XX en España». Además, hay obras parciales de religiosos claretianos, de sacerdotes de Valencia, de religiosas de Madrid...
El portavoz de la Conferencia Episcopal evitó hablar del pago del IBI y remitió a las notas avaladas al respecto por la conferencia espiscopal. Lo del IBI le sirvió para decir que la fe hace que perdonemos más a todos, como demuestran los mártires, que perdonaron a sus verdugos, y en ese sentido la fe bien vivida acoge y unifica, trae paz social. El portavoz no pretendió agotar ni mucho menos el discurso histórico, pero subrayó que con el asesinato de las cabezas diocesanas «se pretendía erradicar la presencia pública de la Iglesia».
La turolense Nati Cañada ha pintando los doce retratos de estos mártires en óleos sobre tabla. La colección ha quedado instalada en la antesala de la presidencia de la Conferencia Episcopal Española. Cada retrato se ha reproducido para el libro.
Los prelados que dieron la sangre por Jesucristo son: Eustaquio Nieto Martín (Sigüenza); Salvio Huix Miralpeix (Lérida); Cruz Laplana y Laguna (Cuenca); Diego Miguel Serra Sucarrats (Segovia); Florentino Asensio Barroso (Barbastro); Manuel Basulto Jiménez (Jaén); Manuel Borràs i Ferré (auxiliar de Tarragona); Narciso de Esténaga y Echevarría (Ciudad Real); Manuel Medina Olmos (Guadix); Diego Ventaja Milán (Almería); Manuel Irurita Almándoz (Barcelona); y Anselmo Polanco Fontecha, OSA (Teruel).
Todos los obispos de España después del 18 de julio de 1936 es un apéndice al final del ensayo publicado, donde se relata la situación personal que cada obispo vivió. Muchos tuvieron que abandonar sus diócesis, e incluso el país. Se incluye el elenco de los obispos de las 60 diócesis españolas en julio de 1936. Se señala a los perseguidos y mártires.
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