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«Me humillaba, vigilaba y me daba manotazos. Era violento de manual; pero yo creía que era romántico»

Alejandra empezó a ser maltratada por su pareja siendo prácticamente una niña

Canarias es la segunda comunidad con más llamadas al 016 por millón de mujeres

Uno de cada tres violadores droga a su víctima para anular su voluntad

Una mujer aguarda en un Juzgado de Mujer de Madrid a testificar contra su presunto agresor EFE
Érika Montañés

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A Alejandra (nombre ficticio) las señales de alarma que los psicólogos levantan como las banderas rojas de que una relación de pareja ha pasado a ser tóxica no le ayudaron para ser consciente de que aquel muchacho de su misma edad que la ... había «encandilado» se había convertido en un controlador nato. «En dos meses, ya estaba aislada. Como mucho salía una hora con mis amigas y me recogía, estaba amargada y no me daba cuenta de por qué. No quería que él se enfadara». El control, la primera herramienta de la que echa mano el agresor. «De repente, yo, una chica tranquila, me encontraba dando voces y pataleando en el suelo, llorando y triste». El cambio anómalo de Alejandra permitió a su madre identificar lo que su hija no quería o no sabía. «Hay desinformación. Hasta que no me tocó en mis propias carnes, no supe verlo», cuenta.

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