Un hospital de Portugal se queda sin médicos tras la dimisión en bloque de todos los facultativos

De esta forma, toma cuerpo la amenaza que llevan cinco meses enarbolando porque consideran que la situación ha llegado a un «límite insostenible».

Se quejan del caos reinante en la cadena de internamiento y, sobre todo, en Urgencias, con el resultado de que se trata del tercer hospital público donde sus médicos deciden abandonar indignados , tal cual aconteció en los de Tondela-Viseu y en el Sao José lisboeta, convertido en un auténtico monumento a la desidia institucional en el campo de la Salud en pleno centro de la capital .

El director del servicio de Urgencias de Gaia, Miguel Guimaraes, habla de «un escenario de guerra» por los pasillos del centro , en medio del caos reinante y del maremágnum de camas por todas partes.

Las redes sociales en Portugal no han tardado en llenarse de comentarios alusivos al descrédito del sistema sanitario portugués, como resume esta frase de una paciente: «Ya deberían haber dimitido hace mucho tiempo, en Gaia y en todo el país, porque este Gobierno pretende transformar el país en una Venezuela europea».

Las dimisiones se producen después que la Administración del Centro Hospitalario de Vila Nova de Gaia y Espinho anunciara la segunda fase de las obras del edificio en cuestión, que deberían prolongarse casi un año, mientras también se ha licitado el tercer periodo de los trabajos. Y todo después de dos años sin acuerdos en este sentido por falta de financiación pública.

O sea, imposible que haya una solución a corto plazo, como se les había prometido a los médicos desde las instituciones. Con este panorama, los doctores no han dudado en tomar una medida tan drástica como renunciar en conjunto porque «el edificio está muy degradado y así no puede ofrecerse una mínima atención digna a los pacientes».

Además, denuncian que esta circunstancia ha elevado los niveles de infección en sus instalaciones, por lo que ya han hecho llegar a Lisboa su salida colectiva.

Nada extraño, en consecuencia, que el presidente del Colegio de Médicos para el norte de Portugal, Antonio Araújo, explicase: «Los profesionales están muy insatisfechos y cansados de no poder dar respuestas a los ciudadanos por la carencia de condiciones estructurales y de equipamiento».

El Sindicato Independiente de Médicos se solidariza también con los dimisionarios, lo que pone contra las cuerdas al Gobierno socialista por su política sanitaria.

Araújo concluye: «El Hospital de Gaia está languideciendo», así que decidió pedir una reunión urgente en la sede del Ministerio de Salud, en Lisboa. La gravedad en el sector puede ser aún mayor si las dimisiones se extienden a un cuarto centro : el de Vila Real.

El descontento se hace insostenible y la población clama por soluciones rápidas, aunque pasa el tiempo y parece que no se concretan. Lo que está claro es que ahora deben ponerse en práctica planes de contención sin demora.