Hasta 200 euros por un test de coronavirus en Portugal

Pero recurrir a estos análisis ha desembocado en una polémica creciente por el alto precio que los profesionales cobran a los usuarios que huyen del colapso en la Sanidad pública. Hasta 200 euros por un sencillo test , lo que ha desatado una oleada de quejas y críticas.

En este sentido, los laboratorios Germano de Sousa se llevan la palma pues piden exactamente esa cantidad, justificada por su director en el hecho de que se trata de «pruebas importadas».

Germano de Sousa fue presidente del Consejo de Médicos y ahora dirige estos laboratorios, que son más o menos equivalentes a los del Dr. Echevarne, muy extendidos en España.

Lo que no explicó este doctor es por qué uno de sus principales competidores, Joaquim Chaves, cobra 101 euros por efectuar la misma prueba.

Nada extraño, por tanto, que estos laboratorios le estén ganando el controvertido pulso comercial al respecto, con unas 25 pruebas por día… hasta el punto de que el primero acaba de anunciar que el coste es proporcional a la demanda y que, si esta se incrementa, se plantearía bajar el precio en 100 euros.

En consecuencia, las redes sociales en Portugal no han tardado en llenarse con mensajes que acusan a estas empresas de «falta de escrúpulos» y de un «mercantilismo desaforado» por aprovecharse del temor cotidiano de los portugueses.

Se da la circunstancia de que Germano de Sousa ha levantado la polémica en anteriores ocasiones por diferentes motivos. Por ejemplo, cuando declaró que «hay poderes instalados en el ataque a los servicios privados porque interesa esconder lo que está mal en los públicos».

A su juicio, solo la colaboración público-privada puede mejorar la asistencia a la población y arremete contra el Sistema Nacional de Salud por su «desorganización».

También causaron revuelo sus palabras acerca del sueldo que deberían percibir los profesionales de la Medicina, ya que dijo que «tendrían que ganar en función de lo que trabajan y este modelo traería beneficios para las personas».

En opinión de Germano de Sousa, el Hospital de Vila Franca de Xira (38 kilómetros al norte de Lisboa) es un ejemplo de esa cooperación que reclama. «Los partidos deben hacer su política, pero en asuntos de salud harían mejor en dejar de lado la ideología y mirar por el interés del país», apostilla.