Greta Thunberg llega a Lisboa el martes 3 de diciembre

Se prevé, por tanto, que el catamarán «La Vagabonde» , en el cual viaja la joven sueca de 16 años con su padre, un matrimonio australiano y una tripulante británica, atraque junto a la Estación Marítima de Alcántara , donde lucen unos espectaculares murales de Almada Negreiros, y al lado del estudio de la cotizada artista Joana Vasconcelos.

El Ayuntamiento de Lisboa ya prepara la recepción en tierra, pues de hecho se ha programado un acto de bienvenida comandado por el alcalde, el socialista Fernando Medina. Se desconoce aún la hora exacta a la que se celebrará la ceremonia, a la que muy probablemente acudirá también el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa .

Del mismo modo, la comisión parlamentaria de Medio Ambiente , Energía y Ordenación Territorial, encabezada por José Maria Cardoso (del Bloco de Esquerda), pondera desplazarse hasta ese rincón. «Haremos todo lo posible para que haya un contacto, aunque sea breve, para simbolizar que reconocemos su causa», dijo el presidente de la citada comisión en referencia a que la invitación para que Greta se persone en el Parlamento no se materializará finalmente.

Y es que no puede demorarse en exceso su estancia en Lisboa, puesto que ha de salir de viaje hacia Madrid, si quiere arribar lo antes posible a la Cumbre del Clima. Con este objetivo, su agenda en la capital portuguesa se ha visto restringida y se da prioridad a que Thunberg pueda reunirse con líderes medioambientales del país vecino y, claro está, a que pueda descansar unas horas.

El medio de desplazamiento de Greta a Madrid aún no está confirmado. La Junta de Extremadura le ofreció hacerse cargo y colocarle un vehículo eléctrico , pero en Portugal se da por hecho que se acabará decantando por el tren. Y ahí se pone de manifiesto la nefasta conexión entre las dos capitales, en vista de que Portugal nunca ha querido sumarse a la alta velocidad.

El único ferrocarril en línea directa de Lisboa a Madrid es el nocturno, que tarda unas 11 horas hasta Chamartín . Permite ir en un vagón con cama, pero durante unos 100 kilómetros (de Vilar Formoso a Salamanca) requiere cambiar a una locomotora de diésel porque en ese tramo no hay catenaria. En consecuencia, la apuesta sostenible atravesaría un bache.

Aparte de eso, solo le quedaría otra opción, un traslado en tren diurno que, sin embargo, no es directo y exige nada menos que tres transbordos. En cualquier caso, queda de esta forma en entredicho la actitud de los últimos gobiernos de Portugal, que siempre han considerado «tabú» un hipotético proyecto de alta velocidad.