El Gobierno pagó los test fallidos al 350 por cien de su precio de mercado

Cuando se supo que los test eran inservibles, este diario preguntó al Gobierno cuánto habían pagado –sin obtener respuesta– y, en paralelo, se solicitó precios a varios distribuidores. El coste del producto en fábrica, lo que pagan los distribuidores en China, no supera los tres euros por unidad. A eso hay que sumarle el transporte, los impuestos y el beneficio del intermediario.

De esta forma, varios distribuidores dieron a ABC un precio inferior a los ocho euros por el mismo tipo de test y fabricado por una empresa homologada , de las que aparecían en el listado que facilitó el Gobierno chino. Eso significa que Sanidad pactó con Interpharma un precio que es el 350 por cien del que maneja el mercado, de 7,5 euros a 26, un sobrecoste de 18,5 euros.

Un distribuidor internacional de productos sanitarios que vende en Europa, América y África facilitó a este periódico hace casi un mes, el pasado 27 de marzo, la imagen de su catálogo que reproducimos junto a esta información, donde el «coronavirus test» aparece a ocho dólares (7,4 euros).

El propietario de la empresa, que reside en España aunque tiene otra nacionalidad, quiso vender su producto: «Intenté vender test de detección del Covid-19 de empresas homologadas. Los rápidos, como los fallidos que compró el Gobierno pero fiables. Los pongo en Barajas a ocho dólares la unidad».

Rellenaron el formulario de proveedores, pero nadie les respondió. Intentó hablar con responsables de compras por varias vías sin éxito. «Ahora mismo he vendido una partida a un país latinoamericano a 6,5 dólares (más de 6 euros). Si ya nos vamos a lo mejor del mercado, test PCR, no los rápidos, y de fabricados en Corea del Sur, los vendo a 24,5 euros la unidad», sostiene.

«¿Que han pagado a 26 euros los test rápidos? Ese precio es para que alguien se forre...», dice a este diario el director de una distribuidora con sede en Madrid que pide el anonimato («nuestra actividad depende de muchos permisos y no queremos problemas con el Gobierno», asevera). «El test en fábica no supera los tres euros, y y o he comprado 30.000, no cientos de m iles. Con los impuestos, el porte –que cada vez es más caro– y nuestro beneficio, los vendemos en España a siete euros», asegura.

Esta distribuidora cumplió con el decreto del Gobierno con motivo del estado de alarma identificándose ante las autoridades sanitarias e informando de los productos y stocks que manejaban y podían suministrar:«Nos inscribimos con el formulario oficial, pero hasta hoy... Nadie nos ha llamado ni tenemos contactos en el Ministerio», narra en conversación telefónica. El responsable de la firma añade que la gestión ha sido caótica y que actualmente « hay fábricas en China de las del listado oficial que ya ni siquiera atienden pedidos . Hablé con un fabricante y me dijo que tenía ya 20 millones de test encargados, que no me podía tomar pedido».

El director general de otra distribuidora, ésta con sede en Cataluña, también coincide en que los 26 euros por cada test es un precio «fuera de mercado». Esta compañía, que también cumplió con la obligación de registrarse y comunicar el material del que disponen y el que pueden conseguir, ofreció a sus clientes habitales –hospitales y laboratorios– kits de deteción de antígenos, como los que compró el Gobierno pero de los que requieren que requieren lectura fluorescente. Es decir, hay que poner la muestra en una máquina que da el resultado, en vez de ser visual, como el de los test de embarazo. «Los ofrecimos a 15 euros la unidad y regalamos una máquina por cada paquete de 2.000 test. Si lo prefieren sin máquina, los vendemos a 13 euros la unidad. Solo había que probarlos en España para ver que funcionan perfectamente, y la lectura con la máquina es exacta», relata a este diario.

Otra empresa con sede en Sevilla, Labotaq, ofrece «COVID-19 IgG/IgM Rapid Test» en su página web a 9,5 euros la unidad, en este caso de detección de anticuerpos en sangre. Ahora mismo los test están agotados pero se pueden hacer reservas. Solo se requiere un pedido mínimo de una caja de veinte test que cuesta 190 euros.

Como ya es sabido, el primer lote de test de Interpharma no superaron las pruebas que se hicieron a su llegada a España, por tener muy baja sensibilidad. Se cambiaron por otros de lectura fluorecente, pero también fallaron. El Ministerio de Sanidad canceló el contrato y solicitó a la empresa barcelonesa la dvolución del primer pago, que ascendía a siete millones de euros de los 17 comprometidos. Interpharma devolvió el importe, pero el tiempo perdido ya no era recuperable.

Fuentes oficiales del Ministerio de Sanidad dijeron ayer a ABC que «todos los países intentaron comprar material sanitario en las mismas fechas en un mismo mercado, el asiático» y que «España se puso en contacto con todos los posibles proveedores nacionales, atendió las ofertas que llegaron al ministerio y se activaron las gestiones para la compra de material sanitario en el extranjero». Relatan que «en el caso de Interpharma, ofreció la posibilidad de importar test rápidos y se llegó a un acuerdo de suministro condicionado a su validación por parte de las autoridades sanitarias españolas, una vez el material estuviera en España, tal y como se hizo», además de presentar la «licencia de exportación» y otros certificados.