El gobierno británico ofrece consultas por Skype en la sanidad pública para ahorrar

La intención del ministerio de Sanidad es llevar a cabo citas médicas a través de internet y por videollamada. Pretende el Gobierno británico que sus ciudadanos tengan las consultas con sus doctores a través de un teléfono móvil o un dispositivo electrónico.

Un sistema con el que se busca reducir el número de consultas que se ha duplicado en la última década, casi 94 millones al año. Como parte del plan, en 5 años deberían hacerse un tercio del total de citas por este sistema y en 10 años el Ejecutivo pretende que la consulta online sea el sistema predeterminado.

La ambición del Gobierno es hacer del «digital first» (lo digital primero) la opción por defecto para los pacientes. El ministro de Sanidad, Matt Hancock, confirmó que el plan ya se comenzará a poner en marcha en los próximos meses y que «la tecnología transformará el NHS y ahorrará miles de millones» en los próximos años.

Por su parte, el director del NHS Simon Stevens, asegura que el uso de la tecnología «pondría más poder en manos de los pacientes», reduciendo los viajes innecesarios y mejorando la eficiencia en todo el servicio de salud. Además, «el plan a largo plazo del NHS significa una importante actualización digital para el servicio de salud, lo que significa que los pacientes pueden acceder a los consejos con sólo pulsar un botón» señala Stevens.

Esta medida forma parte de un plan de 134 páginas que detalla en que se gastará la inversión de 20.000 millones de libras, unos 22.000 millones de euros, del Gobierno en materia de sanidad.

La mayoría de esa financiación irá destinada a los servicios comunitarios, con 4.500 millones destinados a servicios gestionados por médicos de cabecera y enfermeras locales, en un intento de impulsar la atención «fuera del hospital» y remodelar los servicios en torno a los pacientes.

Una medida, la de llevar a cabo las citas médicas a través de plataformas como Skype, que sirve, según el ministerio de Sanidad para ahorrar costes, casi unos 1.000 millones de euros al año. El nuevo sistema ha recibido tanto alabanzas como críticas, estas últimas provenientes de asociaciones que se preguntan como las personas mayores o las personas vulnerables pueden adaptarse a esta nueva tecnología.