Un gigantesco incendio en Portugal avanza por la cuenca del Tajo

Los heridos superan ya los 250 en lo que va de verano, en medio de una situación tan complicada que ha obligado al Gobierno socialista a prolongar el Estado de Calamidad declarado hace apenas dos días.

Una playa fluvial y la aldea de Cadafaz resultaron evacuadas para evitar daños mayores en pleno fin de semana sofocante, con temperaturas de casi 40 grados en toda esa franja.

La preocupación se trasladó a las pedanías circundantes, como la de Ortiga, cuyos habitantes estaban aterrorizados ante el avance de los incendios.

Los dos frentes, separados por 20 kilómetros, arrasan la vegetación a las dos orillas de la cuenca del río Tajo. Tanto es así que Protección Civil ha movilizado 12 aviones apagafuegos (cuatro llegados desde Castilla y León, así como de Extremadura) y otros 400 vehículos de apoyo.

Oficialmente, han ardido 141.000 hectáreas desde que se desató la tragedia de Pedrógao Grande, donde murieron 64 personas, a las puertas del estío. Pero el terreno calcinado esta semana hace temer que la cifra no tarde en alcanzar las 200.000 hectáreas en breve.

La gravedad es tal que el primer ministro, António Costa, convocó en la mañana de este 19 de agosto una reunión urgente con la ministra de Administración Interna, Constança Urbano de Sousa, y mandos de las Fuerzas Armadas, la Guarda Nacional Republicana, la Autoridad Nacional de Operaciones de Socorro y la Liga de Bomberos de Portugal.

El jefe del Ejecutivo reconoció que los principales refuerzos se han desplegado en el horario nocturno , puesto que «el 40% de los fuegos se originan por la noche», puntualizó.

Gran parte de los siniestros, que ascienden a 10.416 en lo que va de 2017, obedecen a «una mano criminal» , aunque también se dejan notar las negligencias de las personas.