El flotador del flamenco rosa y otros hitos del «postureo» veraniego

La editora de moda Flora González López , cuenta para ABC cómo distinguir a los «posturetas»: «Suelen llevar un libro de Bukowski a la playa, gafas de pasta de vista sin graduar, llevan la cámara más cara y la utilizan en modo automático, escuchan música que nadie ha escuchado jamás, compran ropa deportiva, se van al parque a ver los patitos y te explican novecientas veces que ese accesorio horroroso que llevan es lo último en Nueva York»

Tal ha sido la acogida de este nuevo vocablo en España que, hasta nuestro idioma se ha visto obligada a aceptar este término junto con «posturear» como neologismos bien formados . Su definición es: «Adopción de ciertos hábitos, poses y actitudes más por apariencia que por convicción». Aunque el postureo como palabra sea algo relativamente nuevo, el concepto ha acompañado a la historia a lo largo de los años.

Además, el postureo es un comportamiento tan español como el comer tortilla de patata, y Flora sitúa su origen en España cuando «D. Latino le respondía a Max Estrella “no te pongas estupendo” en “Luces de Bohemia”; entonces, Valle Inclán capturó una actitud en una expresión, y eso ha evolucionado hasta convertirse en el postureo que todos conocemos».

Todos aquellos nacidos a partir de los 90 están considerados como «la generación del postureo» ; con ellos se produjo el boom de internet y nacieron las redes sociales . Les gusta que los demás vean lo felices que son, los planes y viajes perfectos que hacen y la cantidad de amigos guapos que tienen. Todo esto se muestra a través de las redes sociales, considerado por muchos como un mundo irreal donde se explotan unos valores que no existen buscando la aceptación popular.

La última tendencia en «postureo» de este verano son los «Pool Floats» , flotadores XXL de piscina en el que se aprovecha para lucir el moreno veraniego que tanto favorece. La iniciadora de esta nueva revolución fue Taylor Swift , que el verano pasado publicó una foto en Instagram en la que aparecía junto a Calvin Harris subidos a lomos de un inmenso cisne blanco.

A pesar de que esta foto se publicó hace ya un año, el boom de los «Pool Floats» no ha aparecido hasta ahora en nuestro país. Basta con visitar los perfiles de las principales blogueras y celebrities en Instagram . No hay ninguna que haya desaprovechado la oportunidad de hacerse una foto disfrutando del verano en la piscina con su colchoneta. El número de «likes» es proporcional al tamaño de la colchoneta y su originalidad. Los donuts gigantes, las porciones de pizza, todo tipo de futas veraniegas, los cisnes y, por supuesto, los flamencos , se han convertido en el accesorio de las chicas más «it» de internet.

Un poquito de «postureo» en las redes sociales no es peligroso, pero, hay ocasiones en las que este tema se va de las manos. Un estudio demuestra que ante el número de «likes» de una fotografía se produce un aumento de la autoestima. Es el ejemplo de Essena O´Neill , una estrella de instagram que decidió dejarlo porque, según declaró, esa forma de vida no era la suya realmente: «Para ser realistas, he pasado la mayor parte de mi vida siendo adicta a las redes sociales, la aprobación social, el estatus social y mi apariencia física. Estaba consumida por ello. Dejé que los números me definieran ». Algo que volvió a evidenciar que las redes sociales intentan mostrar una vida perfecta que, en muchas ocasiones, no es más que una ilusión.