El Fiscal del Vaticano presenta de nuevo los cargos contra cuatro acusados de saqueo a las arcas del Vaticano

El macroproceso en el Vaticano sigue arenado en su fase preliminar, pues la defensa mantiene sus objeciones y hoy ha presentando otras más durante la sexta vista.

Los abogados de todos los acusados aseguran que los fiscales no han depositado las pruebas ni la transcripción de los interrogatorios, como prevé el código procesal utilizado en Ciudad del Vaticano. Por lo tanto, piden la anulación del proceso.

El fiscal se lava un poco las manos y responde que el depósito depende de la policía judiciaria. Por eso, el único gran resultado práctico de la sesión de hoy ha sido que el fiscal y un perito nombrado la defensa controlarán la presencia o ausencia de las pruebas.

Entre el material clave que solicitan están las interceptaciones telefónicas y archivos procedentes de ordenadores, tabletas y teléfonos móviles incautados por la Gendarmería Vaticana, y las grabación de los interrogatorios a monseñor Alberto Perlasca, quien fue durante años jefe de la oficina de inversión de fondos reservados de la secretaría de Estado.

A favor de los fiscales hay que reconocer que el proceso es sumamente complejo y delicado. Angelo Becciu está acusado de supuestos delitos de malversación de fondos al desviarlos a obras de caridad de su familia; también de abuso de poder también en complicidad, y presiones al testigo principal para que se retractara.

Las sospechas hacia sus colaboradores son mucho más graves, en cuanto que se hicieron con millones de euros del Vaticano a través de engaños, complicidades y una intrincada red de operaciones de compra y venta en sociedades intermedias.

El cardenal Angelo Becciu hoy elegantemente ha preferido no estar presente, pues sus abogados han presentado objeciones a una parte del interrogatorio en el que el fiscal le preguntó a monseñor Perlasca si existía una relación sentimental entre el purpurado y una de las acusadas. «No me consta», habría respondido el testigo, y habría repetido a las insistentes preguntas del fiscal.

Como el código procesal impide hacer preguntas a los testigos sobre la conducta moral de los acusados, los abogados del cardenal han intentado deslegitimar el proceso también por esta vía.

En septiembre de 2019, Angelo Becciu fue privado de los derechos y privilegios cardenalicios pero no del título.

Por otro lado, el fiscal ha presentado de nuevo los cargos contra cuatro acusados, que durante una vista precedente fueron desestimados por falta de pruebas. Se trata del gestor financiero Raffaele Mincione, del abogado Nicola Squillace, del funcionario del Vaticano Fabrizio Tirabassi y del antiguo secretario de Becciu, Mauro Carlino.

En octubre el tribunal les solicitó rehacer el sumario y revisar algunas acusaciones. Esta mañana la fiscalía ha presentado «siete carpetas» con nuevos documentos que sostienen la solicitud de envío a juicio. El presidente del tribunal quiere revisarlo con calma y los ha convocado a una vista el próximo 18 de febrero, donde decidirá si los indicios permiten o no incluirlos en este mismo proceso.

La fiscalía detectó el saqueo a los fondos reservados del Vaticano en 2019, y el macro proceso comenzó en julio de 2021. Lo único claro es que no terminará pronto.