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La DGT estudia implantar en un año un nuevo carné de conducir para jóvenes de 16 años

El permiso B1 se usará con cuatriciclos eléctricos de hasta 90 kilómetros por hora

Érika Montañés

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Las ciudades son una jungla de nuevas formas de movilidad donde los patinetes conviven con turismos, motos, furgonetas, ‘riders’ y bicicletas. En medio de este nuevo escenario, va a irrumpir con fuerza otro vehículo en las urbes españolas en menos de un año. Son un híbrido entre coche y cuatriciclos, los llamados cuatriciclos pesados o lo que se conoce como L7, vehículos cuya masa en vacío es inferior a 550 kilogramos y que cogen velocidades de hasta 90 kilómetros por hora, puesto que cuentan con un motor cuya potencia máxima es inferior o igual a 15 kW. Estos vehículos ya circulan, pero ahora tendrían a un conductor novel al volante, jóvenes de 16 años, y para que ellos los manejasen se requiere expedir un nuevo carné: el denominado B1.

El nuevo permiso se explicita en una directiva europea (2006/126/CE) y los cuatriciclos L7 vienen definidos en la 2002/24/CE, por las que se insta a que todos los países incorporen esta movilidad eléctrica en sustitución de la de combustión y reduzcan así el volumen de emisiones contaminantes. Cuidar el medio ambiente es el objetivo. En España, según los cálculos que han hecho las asociaciones que ven con buenos ojos la introducción de este nuevo carné con datos del Instituto Nacional de Estadística, cerca de un millón de jóvenes al año podrían acceder a los mandos de esos cuatriciclos gracias a este cambio.

La Dirección General de Tráfico (DGT) confirmó ayer a ABC que está estudiando este nuevo permiso de conducción y estaría «abierto a implantarlo». La intención inicial sería instaurarlo en un plazo que no supere el año. El máximo responsable del organismo, Pere Navarro, está en conversaciones con agentes del sector para sacar adelante la propuesta, aunque fuentes de toda solvencia reconocen que el proyecto está aún en una fase embrionaria.

La formación necesaria

Hay una cuestión mollar que la DGT debe resolver antes, y es que la directiva europea que ya se ha trasladado con éxito a países de nuestro entorno –Reino Unido, Francia, Portugal e Italia– no distingue entre la formación necesaria para obtener el permiso B y el B1. Deja abierta la posibilidad de que cada país modifique a su criterio el contenido de los exámenes para tener acceso al B1. La fórmula más lógica, según las entidades consultadas como PONS Seguridad Vial, sería que el joven de 16 años se examine del teórico para conducir estos vehículos y que sea equivalente con el teórico del permiso B, por lo que solo tenga que superar, al cumplir la mayoría de edad y si quiere la licencia habitual de conducción, un examen de prácticas diferenciado, ajustado a los nuevos requisitos que exigen los turismos.

Menos conductores mayores

La edad va a ser un factor de contraste en las carreteras, porque mientras Tráfico autoriza reducir la vigencia del carné de las personas mayores, según anticipó ayer María José Aparicio, subdirectora de Educación y Formación Vial de la DGT, favorecería con este nuevo B1 la entrada al circuito vial de numerosos adolescentes.

Con el acceso escalonado de los jóvenes a las normas viales se propicia también la concienciación temprana hacia la movilidad eléctrica y se ponen las bases para que el conductor del futuro conozca perfectamente el tráfico, destacan las dos organizaciones promotoras de esta iniciativa, PONS y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive).

Ambas entidades, que reciben ahora el espaldarazo de Tráfico a su propuesta, defienden como ventajas inmediatas del B1 el incremento de seguridad en los desplazamiento, ya que «permite una alternativa de movilidad más segura que los medios de transporte tradicionales» y que estos vehículos presentan un elemento fundamental para la seguridad del que no disponen los cuatriciclos de la categoría L6 (los ligeros, que ya se ven en las ciudades y que admiten velocidades de hasta 45 km/h, además de que no pueden entrar en arterias como la M-30 de Madrid o las autovías y autopistas), como es la disposición de estructuras de protección en caso de vuelco.

Para Ramón Ledesma , asesor de PONS Seguridad Vial, «los vehículos privados deben ser responsables y sostenibles. Hasta tal punto está evolucionando la movilidad en la ciudad que o son así o no serán».

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