Estrechar la mano como forma de saludo es un acto «peligrosísimo» en cuestión de higiene, según Nathan Wolfe, un virólogo de la Universidad de Stanford y autor del libro «The Viral Storm» («La tormenta viral»).
«Deberíamos adoptar una ... manera de saludar más segura, como tocarnos los codos o inclinarnos como en Japón. Estas actitudes limitarían la difusión de agentes infecciosos así como la adopción de otras medidas como estornudar en dirección a los codos en lugar que en la mano», asegura Wolfe.
El autor, que fue asesor en la película «Contagio», cita en su libro que las últimas investigaciones sobre virus de la gripe demuestran que estos pueden resistir hasta 24 horas sobre superficies como manijas de puertas y ventanas, mandos a distancia o teteras.
Esta propuesta parece haber llegado a la población de Gran Bretaña, donde según un sondeo, tres cuartas partes de la población habría disminuido el número de veces que se dan la mano.
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