Estados Unidos investiga una alarmante epidemia de pulmonías relacionadas con el vapeo

Solo tras nueve días de un tratamiento extremo conocido como «oxigenación por membrana extracorpórea», en el que una máquina asume completamente las funciones del corazón y los pulmones, Alexander logró salir del coma en que se encontraba. Comenzó entonces una difícil recuperación durante la cual ya ha sido capaz de volver a su casa en la ciudad de Provo, en el estado de Utah, y volver a salir a hacer alguna caminata, aunque más corta que las de antes ya que como mucho sus pulmones funcionan a un 75% de su posible rendimiento .

El caso de Mitchell, que su padre describe como «un calvario lleno de interrogantes», es uno más entre 400 inexplicables neumonías extremadamente agresivas registradas en Estados Unidos y que los médicos creen que están relacionadas con el consumo de cigarrillos electrónicos . Hay decenas de personas en coma y según ha confirmado el gobierno, una paciente ha fallecido en Illinois. Tal es la gravedad de este brote que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, que depende del gobierno federal, ha emitido una alerta médica y ha declarado que el país vive una epidemia por el vapeo juvenil. Según el secretario (ministro) de Sanidad, Alex Azar «el gobierno va a emplear todos sus recursos para poner fin a esta epidemia que supone el uso de cigarrillos electrónicos por parte de los más jóvenes».

Es cierto que muchos pacientes en estado grave son jóvenes. Es el caso de Maddie Nelson , que apenas tiene 18 años y también es de Utah. Pasó tres días de julio en coma tras ser ingresada con fiebre y dificultad para respirar. Sus pulmones se bloquearon . Lo único que fue capaz de decirle a los médicos es que durante tres años había fumado cigarrillos electrónicos, ya que pensaba que eran más sanos que el tabaco.

Hoy recuerda que oyó a los médicos decir que algunas partículas del líquido con glicerina que suele mezclarse con nicotina o cannabis podrían haber entrado de forma incomprensible en sus pulmones. «Me dijeron que los pulmones estaban llenos de líquido y que mis radiografías eran las peores que han visto en mucho tiempo», dice hoy Maddie, tras haber recibido el alta, por correo electrónico.

En esta supuesta epidemia, que según varios médicos que colaboran con el gobierno en la detección de nuevos casos afecta ya al menos a 354 personas en 29 estados, hay más interrogantes que certezas. Los tipos de pulmonía de la que aquejan los pacientes son distintos . Estos no compraron el líquido para los cigarrillos electrónicos en la misma tienda, ni siquiera en el mismo estado. Las sustancias y los edulcorantes utilizados también eran diferentes, unas veces con nicotina y otras con cannabis. Algunos de los enfermos manipularon sus propios líquidos, lo que puede haberlos contaminado, pero otros mantienen que los compraron sellados en tiendas autorizadas.

Lo único similar en todos los casos, según el gobierno, son los síntomas. Según asegura el director del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, el doctor Robert Redfield, «los pacientes informaron de un inicio gradual de los síntomas , que incluyen dificultad para respirar, falta de aliento y dolor en el pecho antes de la hospitalización. Algunos de ellos informaron de molestias gastrointestinales leves o moderadas, incluidos vómitos y diarrea, y de otros síntomas como fiebre o fatiga».

Hay pocas certezas más. Los tratamientos, como suele suceder en EE.UU., son caros y el paciente debe hacer frente a cuantiosos copagos. La familia de Maddie ha creado una página de donaciones en la que estima que el coste al que se enfrenta tras el paso de la joven por cuidados intensivos es de 20.000 dólares (18.000 euros).

Algunos de los pacientes todavía se debaten entre la vida y la muerte. Sean Bills , de 31 años y también natural de Utah, sigue en coma desde mediados de agosto , conectado a una máquina de respiración asistida de la que su mujer, Tiffani, teme que ya no se separará. Hace un mes Sean comenzó a quejarse primero de que le faltaba el aire al hacer esfuerzos, luego de dolores en el pecho y tos. Finalmente llegó la fiebre, tras la cual fue ingresado en el hospital de Jordan Valley.

Su mujer, que ya había leído en internet sobre los riesgos de los cigarrillos electrónicos, trajo los líquidos que el marido y ella había utilizado, para que los analizaran los médicos si querían. «Creo que son esas botellas las que causaron los problemas », dice hoy Tiffani, que también ha creado una pagina para donaciones con la esperanza de recaudar al menos 5.000 dólares (4.500 euros).

Las autoridades sanitarias de Utah aseguran que solo en ese estado, de 3,1 millones de habitantes, hay una treintena de casos similares. Los pacientes siguen esperando que la ciencia les explique cómo han llegado al punto en que se encuentran ahora.