Los españoles en Vietnam piden vacunas y ayuda contra el Covid
Ponen como ejemplo a Francia, que ha inmunizado a sus nacionales para hacer frente al peor momento de la pandemia
Desde que entró la variante Delta en el país se registran 9.000 contagios y más de 300 muertes cada día
La ciudad de Ho Chi Minh, confinada hasta el 15 de septiembre
Por lo general, la vacunación contra el coronavirus depende del Gobierno de cada país, tanto para sus nacionales como para los residentes extranjeros . Pero Vietnam, que sufre un grave repunte de la epidemia y una acuciante escasez de vacunas, abrió la puerta ... en junio a que otros gobiernos inmunizaran a sus propios ciudadanos a través de sus embajadas. Así lo ha hecho Francia, que a finales de julio empezó un programa para vacunar a sus 5.000 nacionales tanto en la capital, Hanói, como en Ciudad Ho Chi Minh (antigua Saigón), su urbe más moderna y desarrollada. Con el plan de administrar sus dos dosis en un mes, las vacunas empleadas, de la farmacéutica Moderna, han sido transportadas por valija diplomática gracias al acuerdo con el Gobierno de Vietnam e inyectadas en dos hospitales privados con capital de Francia , antigua potencia colonial.
Como esta iniciativa se ha limitado solo a los súbditos galos, ha sido contemplada con admiración y un puntito de envidia por los otros extranjeros instalados en esta bella nación del sudeste asiático. Entre ellos los casi medio millar de españoles, muy preocupados por el agravamiento de la epidemia durante los últimos meses.
«En Vietnam hemos estado muy bien hasta hace poco porque era un país sin virus, ya que se cerraron las fronteras y nos movíamos con normalidad por el interior», cuenta por teléfono Guim Valls Teruel , empresario de 45 años que tiene una fábrica de ropa deportiva. «Pero todo cambió en abril con la entrada de la variante Delta, que ha disparado el coronavirus », explica desde Hanói, donde lleva ya tres semanas de confinamiento que le han obligado a cerrar su negocio.
Aunque el Gobierno vietnamita se ha comprometido a vacunar a sus nacionales y los extranjeros por igual, hace un llamamiento a las autoridades españoles y europeas para que « sigan el ejemplo de Francia y aprovechen la ventana que se ha abierto para enviar ayuda ». De hecho, asegura que su mayor preocupación no es la reducida comunidad española que sigue en Vietnam, donde residían unos 1.500 nacionales antes de la desbandada que provocó la pandemia, sino el grueso de la población, que no tiene vacunas suficientes. «El problema no somos los extranjeros, que somos cuatro gatos, sino conseguir la inmunidad de grupo en un país con cien millones de habitantes», reflexiona Valls.
Aunque cuenta que la Embajada española les ha informado del envío de 1,7 millones de vacunas del fondo Covax y de otras 500.000 de la Unión Europea, sabe que ni esta partida ni las 650.000 dosis anunciadas por Francia para septiembre bastarán para doblegar la epidemia. «A mí me afecta personalmente por no poder vacunarme, pero también profesionalmente por no poder abrir la fábrica», se queja con resignación, ya que todavía no ha recibido los subsidios del Gobierno por el cierre.
«Se ha empezado a vacunar con lo que hay. También a los extranjeros , pero muchos se están encontrando con problemas porque, cuando llegan a los hospitales, les dicen que no hay vacunas o los llaman con solo una hora de antelación», explica Valls, atrapado por este repunte del coronavirus.
Aunque Vietnam fue uno de los países que mejor controló la pandemia tras su estallido el año pasado en la vecina China, desde abril sufre la propagación de la variante Delta , que es más contagiosa y ha destrozado sus drásticas medidas de control y prevención.
Con las fronteras cerradas desde marzo del año pasado y un férreo rastreo de la población, Vietnam no declaró ni una sola muerte por Covid en los seis primeros meses de la pandemia y cerró 2020 con solo 1.500 contagios. Pero la llegada de la temida variante Delta ha disparado el coronavirus hasta los más de 283.000 casos y 6.141 fallecidos , la mayoría concentrados en su capital financiera, Ciudad Ho Chi Minh.
Debido a las precariedades sanitarias en este país en vías de desarrollo, los hospitales se han colapsado porque están recibiendo una media de 9.000 infectados diarios. Sin camas ni oxígeno para atender a los enfermos , que deben ser tratados en tiendas de campaña improvisadas a las puertas de los centros médicos, la mortalidad también está resultando muy alta y cada día fallecen más de 360 personas. De ellas, una media de 240 pierde la vida cada jornada en Ho Chi Minh. Solo esta megalópolis financiera e industrial, que tiene nueve millones de habitantes, registró el lunes 315 de los 368 muertos contabilizados en todo el país.
A pesar de los confinamientos y controles de movimientos, la situación sigue agravándose por la falta de vacunas. A tenor de las cifras oficiales, solo el 1 por ciento de los casi 100 millones de vietnamitas ha sido inmunizado con dos dosis . De ellos, 130.000 personas han sido vacunadas en Ho Chi Minh, donde el confinamiento dura ya tres semanas y se alargará hasta septiembre.