Los españoles incrementaron el consumo de ansióliticos y sedantes un 10% en la última década

El tema ha generaba cierta controversia después de que el diputado Carmelo Romero (PP) le espetara un «vete al médico» tras su exposición. Un comprotamiento por el que posteriormente el popular pedía disculpas a través de Twitter.

Dejando de lado la polémica generada, lo cierto es que según los últimos datos publicados por la Agencia Española del Medicamento , el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes se ha incrementado en la última década (2010-2020) un 9,88%.

Así, según el informe, durante 2020, de media, un 9,07% de la población tomó este tipo de medicamentos (el 63% del consumo se correspondió con ansiolíticos y el 36% restante con hipnóticos y sedantes). No obstante, pese a que la ingesta de hipnóticos y sedantes ha ido escalando cada año, en el caso de los ansiolíticos ha habido pequeños recesos.

Tal y como se observa en el gráfico, el incremento más acentuado en ambos tipos de medicación se ha producido entre el año 2019 y 2020, momento en el que el consumo de ansiolíticos ha aumentado un 3,9% y el de hipnóticos y sedantes un 3,63%.

De hecho, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud , «la pandemia de COVID-19 ha perturbado o paralizado los servicios de salud mental esenciales del 93% de los países del mundo , en tanto que aumenta la demanda de atención de salud mental».

El estudio, que abarca 130 países, aporta los primeros datos mundiales acerca de los efectos devastadores del coronavirus sobre el acceso a los servicios de salud mental y pone de relieve la necesidad urgente de incrementar la financiación.‎

Según María García, psicóloga del servicio de medicina digital de Sanitas , BluaU, la pandemia ha provocado que se esté hablando de salud mental «más que nunca». «Se ha comprobado el alto impacto en la salud de las personas y en su calidad de vida y por eso muchas personas han empezado a prestar más atención y cuidado a su bienestar emocional. No obstante, pasado un año, nos encontramos con la casuística de personas, que han empezado a notar un cansancio y fatiga que les cuesta manejar, asociado a la ansiedad, el estrés, etc».

En 2010, 54 de cada 1000 personas tomaban algún tipo de ansiolítico, en 2020 lo hacían 57 de cada 1000. El más difundido es el Lorazepam , empleado para combatir el nerviosismo y como complemento de antidepresivos. Sin embargo, el que más se ha incrementado en la última década, tal y como se observa en el gráfico superior, ha sido el Diazepam , con una subida de casi el 50%.

Por su parte, la ingesta de hipnóticos y sedantes ha subido un 17,8% en los últimos 10 años: en 2010 eran consumidos por 28 de cada 1.000 habitantes, en 2020 lo hacían 33 de cada 1.000. El Lormetazepam, fue el medicamento más consumido; por detrás, tal y como se observa en el gráfico, el Zolpidem.