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España detiene el tiovivo: más de 200.000 feriantes agotan su último viaje

Los empresarios de las ferias, que no tienen regulación específica, solicitan poder montar las atracciones durante el verano aunque no se celebren las fiestas

Enrique y Florencio Rubio, propietarios de atracciones de feria, que no pueden trabajar debido al Covid-19 VANESSA GOMEZ/ EP
Alberto García Reyes

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La calle del Infierno no tiene salida. La suspensión de las fiestas en toda España, que en algunas comunidades como Andalucía ha sido prescrita por la propia administración, es el orco para un sector que ya no aguanta ni una camballada más. Paradoja diabólica: ... el negocio del vaivén está a punto de quebrar de un barquinazo. Los feriantes están atrapados en el laberinto del Covid-19, que no se sabe si se parece más a la «fun house» de Mister Bean, al Tren de la Bruja –España siempre ha pagado por recibir escobazos– o a la Caraba. Cuánta visión de futuro tuvo el escritor Juan Valera cuando escribió aquel chascarrillo. Cuenta el cordobés que a mediados del siglo XIX se puso de moda en las ferias un barracón a cuya puerta pregonaba un gitano: «¡La Caraba, señores, pasen a ver la Caraba!». La gente preguntaba de qué iba aquello y el calé, un genio del marketing, siempre contestaba: «Pase usted y lo verá». Según relata Valera en su cuentecillo, se extendió el rumor de que la Caraba era una extraña criatura nunca vista antes, por lo que se hicieron interminables las colas en la barraca. ¿Qué sería la Caraba? Los que salían de la atracción se quedaban mudos por arte de birlibirloque. Nadie desvelaba el misterio. En realidad, hacerlo habría sido una confesión de idiotez, así que la única solución era pagar y ver. El enigma que tanto interés generaba en el público era un timo. La Caraba no era otra cosa que una mula vieja con mil mataduras, imán de moscas, que malvivía bajo la lona viendo pasar extraños por su hocico. La gente, obviamente, protestaba ante aquel tongo, pero el gitano contestaba: «Esta que ven aquí es la Caraba, porque antes araba y ahora ya no».

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