Una epidemia de bronquiolitis más agresiva colapsa las UCIs pediátricas

Este hecho ha obligado a derivar algunos de los pacientes de la red pública a las UCIS de centros privados. El consejero de Salud en funciones, Boi Ruiz, confirmó ayer este extremo. «Las camas no se pueden improvisar y siempre que hemos tenido problemas de este tipo hemos tomado estas medidas», precisó el consejero. Aseguró asimismo que «el sistema sanitario da respuesta en este sentido» y garantizó que todos los niños están siendo correctamente atendidos.

La pediatra y secretaria del sector de primaria e ICS del sindicato Metges de Catalunya (MC), Anna Roca González, explicó que el virus ha mutado, se ha vuelto más virulento y causa síntomas más grave s, especialmente en bebés de menos de seis meses, lo que hace que prácticamente todas las consultas en urgencias de estos días acaben en ingresos.

La facultativa denunció también la falta de medios para atender estas situaciones. «No tenemos un problema de personal, el problema es más de material, de conseguir ventiladores para todos niños que lo necesitan», indicó.

Hospitales de referencia en pediatría como el Sant Joan de Déu de Barcelona llevan días saturados. Portavoces del hospital confirmaron a ABC que el centro ha tenido que habilitar espacios adicionales y dotarlos de la tecnología de estas unidades, según explica Luaces, responsable de urgencias pediátricas del Sant Joan de Déu. El resto de UCIS pediátricas de referencia de la red pública y privada también han percibido un notable aumento de los ingresos a causa del virus.

La epidemia ha llegado estos días a Cataluña, aunque antes afectó de pleno al País Vasco, Aragón y Madrid, según precisó a este diario el coordinador de la Sociedad Catalana de Urgencias Pediátricas, Carles Luaces.

«Hace 15 días la punta de ingresos estaba en Bilbao y el día 27 de noviembre en Madrid y empezaba a notarse en Zaragoza», dice el facultativo. Asegura que la visita del virus es previsible en invierno, aunque «este año los efectos en los bebés son más graves». «Cuando me llaman mis compañeros vascos que la están sufriendo ya sé que debemos prepararnos porque en diez o 15 días llegará aquí», explica Luaces.

A Murcia también ha llegado esta situación epidémica que el presidente de la Sociedad de Neumología Pediátrica, Manuel Sánchez Solís, califica de «inusual» . En su hospital, Virgen de la Arrixaca, la situación ahora también es de periodo punta de la epidemia. «Es muy raro que en Navidades ocurra, pero este año está siendo más intensa y más precoz que otros años. Probablemente, se repita en muchos puntos del país».

El virus sincitial comparte protagonismo con el de la gripe y el rotavirus en invierno . Los tres hacen estragos con la bajada del mercurio. Las temperaturas tan benevólas de este otoño y primeros días del invierno han frenado a la gripe y al rotavirus, sin embargo, no han contenido a este virus respiratorio tan conocido como difícil de eludir. «La prevención es muy difícil. Aún no hay vacuna , pese a los esfuerzos para conseguirla. Se contagia con la misma sencillez que un catarro y a los propios pediatras nos cuesta distinguir los primeros días de la infección si el niño tiene un catarro o una bronquiolitis», señala Sánchez Solís, experto en neumología pediátrica.

Solo hay un fármaco preventivo, un anticuerpo monoclonal, que se reserva para los casos más delicados: los grandes prematuros o los bebés con problemas de corazón. «A estos niños de noviembre a marzo se les pone una inyección mensual para reducir la gravedad de la enfermedad en caso de infección», apunta el especialista.

El VRS puede afectar a toda la población , desde bebés a ancianos. Los niños más mayores y los adultos lo pasan como un catarro fuerte pero es especialmente peligroso durante los primeros seis meses de vida. La enfermedad es más grave cuanto menor es el bebé, porque los bronquios son más pequeños.

No existe ningún tratamiento eficaz para contrarrestar la infección. Ni antivirales ni dilatadores broncopulmonares. Lo más eficaz es el tratamiento de soporte:oxígeno y ventiladores mecánicos en los casos más graves. El periodo medio de estancia hospitalaria es de entre seis y siete días.