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Enrique Ruiz Escudero: «La estrategia del Gobierno es que Madrid claudique y pida el estado de alarma»

Ni se reaccionó tarde, ni faltaron rastreadores para controlar el repunte de casos. El responsable de la sanidad madrileña defiende la gestión de una comunidad «abandonada» por el Gobierno central

El Consejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, durante la entrevista con ABC IGNACIO GIL
Nuria Ramírez de Castro

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Algo cambió en Madrid la semana del 9 de julio. La curva de la epidemia que seguía una línea plana comenzó a despegar. Ese fue el punto de inflexión que anunciaba el comienzo de la segunda ola en el centro del país. A finales de agosto los técnicos de salud pública de la Comunidad de Madrid respiraron con alivio porque la curva casi regresó a la meseta. Fue una alegría pasajera. La vuelta de las vacaciones convirtió la capital de España en el epicentro de la pandemia en Europa. «Fuimos tomando medidas de contención graduales. Restringimos los aforos, aumentamos la distancia en las terrazas... no ha sido suficiente. Las nuevas medidas son duras, pero no caprichosas. No hemos llegado tarde», se defiende el responsable de Sanidad de Madrid. Enrique Ruiz Escudero recibe a ABC en su despacho de la madrileña calle Aduana, a un paso de la presidenta Isabel Díaz Ayuso en la Puerta del Sol, en una sala ventilada que permite hablar a cara descubierta. Lo hace un día después de que se anunciaran restricciones a la movilidad de 850.000 madrileños , con confinamientos selectivos en seis distritos de la capital.

¿Cómo conseguirán que las medidas sean efectivas? Un taxista, por ejemplo del Puente de Vallecas (un distrito confinado), podrá trabajar por toda la ciudad sin ningún impedimento y tomarse un café en el centro. El virus no entiende de perímetros ni de barrios.

El control absoluto no existió ni durante el confinamiento general. Con estas medidas queremos establecer una sensación de control para que se refuerce la responsabilidad individual. Haremos también controles aleatorios. Quién resida en las zonas perimetradas y se mueva deberá acreditar y justificar sus desplazamientos. Se vigilará, además, que quien necesite hacer la cuarentena la cumpla.

El riesgo de contagio se reduce al aire libre. Sin embargo, se cierran los parques y se mantienen abiertos los bares y los salones de juego. ¿Por qué?

Los parques son lugares de concentración de personas y en los bares hay establecidos sistemas de distancia social en la barra, en las terrazas... Ha sido una decisión de los técnicos de salud pública, ellos saben bien dónde se produce el mayor número de contagios.

¿Veremos al Ejército en las calles, controlando el perímetro?

Utilizaremos a la Policía Local y a las fuerzas de Seguridad del Estado, en principio. Si fuera necesario recurriremos al Ejército para este trabajo, para rastrear casos o desinfectar zonas, como ya hicieron al principio de la pandemia.

La presidenta de la Comunidad de Madrid reconoció ayer errores de gestión, sin dar detalles. Se les critica la falta de rastreadores y medidas para reforzar la atención primaria. ¿Lo asume como fallos?

Lo que sucede en la atención primaria de la Comunidad de Madrid no es diferente a lo que ocurre en el resto de autonomías. No hay médicos para reforzar los centros de salud. Ahora mismo las bolsas de trabajo están a cero y no podemos contratar más médicos de manera extraordinaria.

Alemania ha salido a contratar sanitarios al extranjero. ¿Madrid podría hacerlo?

Valoramos todas las vías. La clave es que a los profesionales que trabajen fuera les resulte atractivo venir a Madrid. Sería importante que el Ministerio de Sanidad acelerase la homologación de los títulos de médicos que vienen de fuera de la Unión Europea. O recuperara todo el talento sanitario español que ha emigrado.

«No hay médicos para reforzar los centros de salud. Ahora mismo las bolsas de trabajo están a cero y no se pueden contratar más de forma extraordinaria»

¿Con más rastreadores se hubiera controlado mejor la curva?

Se ha repetido continuamente que en Madrid no había rastreadores. Para poder rastrear, primero has de diagnosticar. Nuestra capacidad diagnóstica ha ido creciendo, se ha multiplicado por diez. Hemos ido adaptando la capacidad de rastreo al número de positivos. Ahora tenemos 800 rastreadores y el objetivo en octubre es alcanzar 1.500.

Por tasa de población nos corresponderían 1.200 y tenemos 800.

Hay diferentes criterios para establecer el número adecuado de rastreadores y el de población no es el único. Nadie tiene una fórmula mágica. Sanidad tampoco lo establece. Sí lo hace con las ratios de camas UCI y hospitalización. Nuestro rastreo funciona y nos ha permitido localizar a casi 1.500 personas que no estaban cumpliendo la cuarentena.

Insisto, entonces ¿no ha habido fallos?

Todos cometemos errores y más durante una pandemia. Hemos aprendido de los errores y por eso hemos creado planes de elasticidad en los hospitales para no dejar sin atención a los enfermos «no covid». Madrid tiene ahora una subida de casos, como antes lo tuvieron Aragón o Cataluña. Tampoco ningún epidemiólogo pensó que el repunte se adelantaría al mes de agosto.

¿Usted hubiera limitado el movimiento antes?

Desde un punto de vista estrictamente sanitario, el confinamiento es la medida que mejor funciona, pero hay que valorar la actividad económica. Además los hospitales estaban respondiendo. Nos genera más problemas mantener el equilibrio entre los enfermos de covid y no covid. Ahora no es necesario paralizar las cirugías programadas pero si tenemos que derivar pacientes a la sanidad privada, no tendremos ningún complejo en hacerlo.

«Si no funcionan las restricciones, ampliaremos a otras zonas o tomaremos decisiones generales en toda la comunidad. Si es necesario cerrar Madrid, se hará»

Si las restricciones a la movilidad previstas no funcionan, ¿cuál será el siguiente paso? ¿No se descarta el cierre de la ciudad?

En otras comunidades sí han funcionado. Si no lo hicieran, valoraríamos ampliar a otras zonas básicas de salud o tomaremos decisiones de carácter más general para toda la comunidad autónoma. Del cierre de la ciudad se debe hablar con naturalidad. Las decisiones se tomarán, según evolucione la situación. Siempre que se pueda evitar, trataremos de evitarlo. Nuestro objetivo es seguir tomando medidas equilibradas para mantener la actividad económica lo máximo posible y que podamos convivir con el virus.

¿El Gobierno busca que la Comunidad de Madrid claudique y pida el estado de alarma?

Tal y como se han producido los acontecimientos, sí. De repente, después de pedir de forma reiterada una reunión con el presidente del Gobierno y un día antes de que Madrid anuncie medidas más duras, llega una carta de carácter urgente. Son estrategias de comunicación que utiliza Moncloa.

«Nos hemos sentido abandonados por Moncloa. La reunión del lunes debería haberse celebrado hace meses»

¿Se han sentido abandonados por el Gobierno?

Digamos que por Moncloa. Habríamos esperado más de ellos. No ha habido imparcialidad para valorar los datos de la Comunidad. No se trata solo de medir el número de positivos sino cómo está la capacidad asistencial. La reunión que se va a celebrar el lunes debería haberse celebrado hace meses.

¿Qué le va a pedir Madrid a Pedro Sánchez en esa reunión?

Lo que le pedimos es ayuda en el control de las medidas que vamos a implantar y le recordaremos lo importante que es controlar la sanidad exterior. Estamos convencidos de que la entrada sin control por Barajas favoreció la transmisión del virus en esta segunda oleada. Hemos detectado 180 positivos que llegaron a la comunidad por el aeropuerto de Madrid; el 80 por ciento procedía de países latinoamericanos. Lo sabemos porque necesitaron ingreso hospitalario, pero no sabemos cuántas personas infectadas y sin síntomas están entrando sin ningún tipo de control. En toda Europa se pide a los viajeros que se hagan una PCR en su país de origen 48 horas antes de volar y se imponen cuarentenas. Aunque solo fuera por un principio de reciprocidad, sería lógico pedir lo mismo a quien viaje a nuestro país. Esa responsabilidad es del Gobierno de España.

El AVE también es un corredor importante entre Madrid y otras comunidades limítrofes. ¿Ahí se puede actuar para frenar la transmisión?

Sí y pediremos más controles. Este virus crece con la movilidad y con la concentración de personas, algo que sucede en las estaciones y los viajes del AVE, donde tampoco tenemos competencia. No permitir quitarte la mascarilla en un vagón de tren, ni siquiera para comer, sería una medida acertada

¿Cuándo se reabrirá Ifema y, lo más importante, habrá sanitarios para atenderlo?

Estamos organizando la apertura, sin urgencia. Es un recurso que tenemos ahí. Vamos a establecer un sistema de captación de profesionales que de forma voluntaria quieran trabajar allí. Si no contamos con suficiente personal, buscaremos otras vías.

«No aislamos a los distritos pobres. Los criterios son estrictamente epidemiológicos»

Las restricciones afectan a distritos de la zona sur. Aíslan a los pobres y dejan la actividad de los ricos, dicen

Los criterios que hemos tomado son estrictamente epidemiológicos. Donde había más incidencia y se estaban detectando más casos.

¿Cómo se va a ayudar a familias sin recursos hacer la cuarentena?

Utilizaremos hoteles. En la primera oleada medicalizamos el hotel Ayre, cerca del hospital Gregorio Marañón para atender enfermos. Queremos contar con cinco hoteles para facilitar el aislamiento de las personas que no puedan hacerlo en sus hogares.

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