Enfermeras, ante el 'horno' escolar: «Es horroroso. No sé a cuántos niños he atendido, una barbaridad»
La falta de preparación en los colegios eleva las temperaturas en las aulas hasta los 37 grados y dispara los golpes de calor, mareos, cefaleas o sangrados nasales. «A una compañera se le han desplomado dos niños en el patio», cuentan enfermeras escolares
Avalancha de quejas de padres por el calor extremo en los colegios: «He tenido que sacar a mi hija de un aula a 31º»
Llega el último repunte del calor en el inicio de junio más cálido desde 1950
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Iniciar sesiónCuando a Montserrat, enfermera escolar en un centro público de Madrid, le preguntan que a cuántos menores ha atendido esta semana por la ola de calor , reconoce que ha perdido la cuenta . «Una barbaridad, no he parado», asegura. La falta de preparación ... de los centros educativos ante el calor extremo está dejando muchas aulas con temperaturas por encima de los 30 grados desde primera hora de la mañana, y subiendo a lo largo del día. «Esto ha sido horroroso. He atendido sangrados nasales que no ceden tras una hora de hielo y tener que mandarlos al hospital», relata la enfermera, miembro de la la Asociación Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese). Y «a una compañera se le han desplomado dos hoy en el patio», cuenta.
Golpes de calor, mareos, cefaleas, sangrados nasales que no ceden, menores que se encuentran mal, sin fiebre pero «acumulando calor» son algunas de las incidencias con las que están lidiando estos días las enfermeras escolares, en los colegios en los que cuentan con una. «Es un peligro», asegura Montserrat, «un niño puede llegar a necesitar una UVI».
La afirmación general de padres y personal escolar es que los colegios no están preparados para afrontar el calor extremo. Según los cálculos de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (Concapa), apenas el 2% de los centros en España han introducido los sistemas de aire o refrigeración necesarios para adaptarse al calor. Tampoco los patios están preparados. «En los recreos apenas hay sombra»; reconoce Ana Belén, otra enfermera escolar en Nerja (Málaga) miembro de la Aceese. «Lo queremos plantear más para el año que viene, que los colegios se preparen».
Aunque en el caso de Ana Belén, su plaza está en un centro de salud, acude a las escuelas a impartir cursos de fotoprotección a los menores. Y, en general, todavía queda mucho trabajo que hacer. «Cuando he llegado hoy estaban las ventanas abiertas y las persianas subidas «, explica. Lo que debían hacer era bajar las persianas.
Pero son los grupos de WhatsApp de enfermeras escolares los que estos días hierven. «Una enfermera ha tenido que llamar a una ambulancia hoy y no tenían», asegura Montse. Finalmente han avisado a los padres, que han sido los que han llevado al menor al hospital. Cada día, defiende, hay « mil cosas diferentes que cuentan las compañeras».
En el extremo opuesto se encuentra el colegio privado de Benidorm en el que trabaja Ana de enfermera. Según relata, allí cuentan con aire acondicionado en las aulas y está a punto de llegar un toldo grande para uno de los patios. Pero en las raras ocasiones en las que el aire ha fallado, reconoce, lo han pasado «realmente mal» . Sin embargo, no se tiene puesto el aire a todas horas, ya que debe alternarse con ventilación natural por el protocolo Covid. Pero, en su caso, las prácticas del colegio son «ejemplares»: además de estar refrigerado, se imparte un taller de fotoprotección a los menores, se incide en el consumo de agua y durante estos días se ha extendido el horario de la enfermera escolar para cubrir también los eventos especiales o extraescolares. Las incidencias por golpes de calor han sido nulas.
«Es un infierno»
Cada comunidad autónoma ha decidido afrontar la ola de calor de forma diferente. En algunas comunidades, como Extremadura, la consejería de Educación ha permitido a los centros adelantar el fin de la jornada lectiva a entre las 12 y las 12.30 horas, una medida a la que se han acogido 152 centros. También en Murcia es posible sacar a los menores del aula si la temperatura excede los 27 grados, pero debe decidirlo cada centro, una regulación parecida a la de Andalucía, donde la salida adelantada del aula se hace a petición de los padres. En Castilla-La Mancha la recomendación remitida a los colegios ha sido que los alumnos lleven estos días ropa ligera y agua fresca, mientras que en Madrid, se queja Montserrat, no ha habido ninguna indicación. Y el protocolo Covid lo complica todo.
«Los padres te dicen que te llevan un pingüino , pero no han cambiado el protocolo Covid«, explica. »¿Y si pasa algo?«, se pregunta. »La mayoría nos hemos educado siguiendo protocolos, y los protocolos se cumplen. Si no lo cambias, no puedo actuar«, lamenta. Aun así, en su colegio, dos aulas en el último piso en donde no se ha hecho ningún tipo de adaptación al calor, incluyendo toldos, los medidores que se instalaron por la pandemia reflejan estos días temperaturas de 37 grados. «Es un infierno» , dice Montserrat. Los jóvenes han acabado llevando ventiladores a indicación del centro, aunque «el protocolo Covid lo prohíbe». Aun así, asegura, «el ventilador ni se nota».
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