Emilio Bouza: «Tardamos en reaccionar, pudimos salvar más vidas»
A finales de febrero, sus colegas italianos ya le advirtieron de que «la gente se moría como chinches». «Perdimos un tiempo precioso», asegura este catedrático de Microbiología
Emilio Bouza
A Emilio Bouza, fundador de la Sociedad Española de Microbiología, la pandemia le cogió en plena jubilación. «¿Pero qué debe hacer un viejo bombero acostumbrado a apagar fuegos cuando se incendia un rascacielos?». El antiguo jefe de servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital ... Gregorio Marañón de Madrid no se lo pensó. Durante las peores semanas de la pandemia, asesoró y trató enfermos por Covid-19 y vio en primera línea cómo la gran ola se venía encima.
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El primer paciente con coronavirus llegó a su hospital el 1 de marzo y solo diez días más tarde ya había un centenar de enfermos con el mismo diagnóstico. A Bouza la virulencia y la rápida transmisión de la infección no le cogió por sorpresa. Ayer, en la Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados, recordó cómo otros infectólogos italianos que se habían formado en el Gregorio Marañón ya les habían avisado a finales de febrero de lo que nos esperaba.
Sus colegas de Lombardía, en el primer foco de Italia, les contaban que allí la gente «moría como chinches». ¿Perdimos un tiempo precioso en España?
Sin duda. Hubiéramos tenido entre 7 y 10 días para prepararnos mejor. Ellos nos contaban que no podíamos imaginar la dimensión de la enfermedad, que no tenía que ver con lo que se contaba en China. Se moría mucha gente y mucha gente mayor.
¿A quién culpa de esta falta de reacción?
No culpo a nadie, no es mi misión. Me limito a describir la situación. Afortunadamente, mi edad me permite decir lo que pienso, la verdad.
Cuesta pensar que esta información no la tuviera también el Ministerio de Sanidad.
No lo sé. Sí sé que la Consejería de Sanidad de Madrid se preocupó y llamó a los microbiólogos en febrero para que empezaran a entrenarse a hacer pruebas PCR en los grandes hospitales de Madrid e hicieron una compra importante de reactivos.
Pero las pruebas de diagnóstico PCR no bastaban para hacer frente a la pandemia. No hubo suficientes camas UCI, ni respiradores, ni material sanitario tampoco en Madrid.
Todo fue insuficiente para el aluvión de enfermos que llegó. He vivido lo que se hizo en mi hospital y el centro se acondicionó en un tiempo récord. La reacción fue extraordinaria.
¿Qué pudimos hacer en esos diez días, cuando ya había estallado la epidemia en el norte de Italia?
Se hubieran tenido que adelantar las medidas de confinamiento y aislamiento, así como preparar mejor la estructura hospitalaria. Hubieramos salvado más vidas por coronavirus.
Tampoco se tendrían que haber autorizado manifestaciones como el 8-M o encuentros deportivos de masas
No quisiera entrar en juicios políticos. A toro pasado, es fácil juzgar, pero no creo que mucha gente sostenga que eso fuera lo más feliz que hemos hecho. Probablemente, las personas que tomaron esas decisiones tenían más elementos de juicio que yo.
¿Cuál ha sido el mayor error de gestión de esta crisis?
Se aceptó que se trataba de un brote de coronavirus parecido a los anteriores, que se limitaría a China e impactaría poco en países occidentales. Cuando se vio que no era así, se aplicó una estrategia similar a la del ébola. Sobrevaloramos nuestra capacidad para confinar un brote epidémico.
El Gobierno se ha justificado diciendo que era una enfermedad nueva, no había nada previsto. Pero Sanidad contaba con planes pandémicos desde la aparición de la gripe A.
No digo que no haya planes escritos, en previsión de grandes catástrofes. Si existen, están en un cajón; no son una realidad práctica. No se conocen en los hospitales. Nos hacen falta planes ante grandes catástrofes infecciosas, que los conozca la gente, que se discutan y se revisen. Hace falta enseñar a los médicos conocimientos básicos del paciente crítico, que sepan por ejemplo intubar a un enfermo. Este fue uno de los problemas durante las semanas peores. Algunos médicos no pudieron echar una mano a los intensivistas precisamente porque no tenían esta competencia básica.
¿Se debe estar preparado para una medicina de guerra?
Sí, se puede llamar así. Es preferible renunciar a una formación específica para tener este conocimiento.
Un informe científico ha identificado las fuentes del fracaso de la gestión en el Reino Unido por la fragmentación del sistema nacional de salud, la inutilidad de llegar a acuerdos con los gobiernos locales, la desconexión entre ciencia y política...¿Le suenan estos argumentos?
Me suena a música conocida. Creo que tenemos un sistema sanitario muy fragmentado entre comunidades autónomas, entre medicina privada, pública y militar, entre las distintas especialidades y la asistencia primaria..
Pero se puso un mando único para evitarlo
Cuando hay problemas estructurales, no es suficiente. Uno no fabrica un automóvil en diez días en su casa aunque lo necesite para desplazarse.
¿La gestión de la pandemia está en buenas manos?
La gestión ha estado en muchas manos, algunas mejores que otras
¿Le gustan los expertos elegidos por el Gobierno para manejar la pandemia ?
No sé quienes son a estas alturas. Pero seguro que son profesionales respetables y tienen todo mi respeto. No es el momento de hacer críticas, sino de aprender de nuestros errores.