La embajadora María Jesús Figa se despide de la Santa Sede

La embajadora se despidió personalmente de Benedicto XVI el pasado 27 de abril, al término de un mandato que ha durado solamente un año, pues su nombramiento -ya en el ocaso de la última legislatura de Zapatero-, se realizó sin consenso con el Partido Popular. Su nuevo destino es la embajada en Finlandia.

La legación diplomática más antigua del mundo ha sido ocupada sucesivamente en estos siete años de pontificado de Benedicto XVI por Jorge Dezcallar (junio 2004 - febrero 2006), Francisco Vázquez (febrero 2006 - abril 2011) y María Jesús Figa (abril 2011 – mayo 2012). La lista de los 160 embajadores permanentes desde 1480 incluye desde intelectuales como Garcilaso de la Vega hasta militares como Gonzalo Fernández de Córdoba , conocido como «el Gran Capitán».

El momento más brillante del mandato de la embajadora fue la visita del Papa a Madrid el pasado mes de agosto con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que resulto un éxito a todos los niveles, incluidos el económico-hostelero y la proyección informativa mundial de Madrid.

El 16 de abril del 2011, cuando María Jesús Figa presentó sus credenciales a Benedicto XVI, el Santo Padre deploró «la indiferencia ante episodios de clara profanación» ocurridos en las semanas anteriores mientras que, en cambio, a agradeció a las autoridades españolas la buena colaboración en los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud.

Además del derecho a la libertad religiosa, el Papa identificó otros cuatro «derechos fundamentales» para una convivencia fructífera : el derecho a la vida, a la protección de la familia, a la protección del matrimonio entre un hombre y una mujer, y a «una educación que integre los valores morales y religiosos según las convicciones de los padres», sean las que sean.