La directora de Igualdad del Consell de Mallorca irá a juicio por presuntas injurias

En una comparecencia ante los medios que tuvo lugar en julio de 2016, Parrón había acusado a Skibinsky de haber hecho apología de la violencia machista a través de una carta al director publicada en un diario. Según avanza este jueves el diario «Última Hora» y ha podido confirmar ABC, el juez ha impuesto además a Parrón una fianza civil de 30.000 euros, que puede ser recurrida.

En esta causa, Skibinsky reclama sendas condenas de multa contra Parron, por los dos delitos citados. Por una parte, pide una pena de 25.680 euros, y, por otra, una indemnización de 40.000 euros por perjuicios y daños morales. La acusación señala que a raíz de las mencionadas declaraciones públicas de Parrón se creó «un clímax de tensión y una animadversión injusta contra el señor Skibinsky en la sociedad mallorquina». En ese contexto, el hoy querellante recibió llamadas anónimas en las que se le amenazaba. Además, se colgaron fotografías suyas en Palma con el texto « presidente de la asociación de maltratadores de Mallorca ».

Las primeras reacciones al enjuiciamiento de Parrón se han producido este mismo jueves. Así, el Lobby de Dones ha emitido un comunicado en el que ha expresado su «preocupación» porque en este caso se habría vulnerado el derecho de la responsable de Igualdad a la «libertad de expresión» y al «ejercicio de la acción política». Podemos también ha mostrado su apoyo a Parrón, indicando que no entiende que se juzgue a quien «intenta sensibilizar a la sociedad ante los diferentes modelos de violencia machista». Por su parte, el PP ha pedido a Podemos que exija el «cese fulminante» de Parrón, quien debería pagar «de su bolsillo» la fianza que se le ha impuesto. Finalmente, la propia directora insular de Igualdad ha señalado esta tarde que acatará lo que se decida en el juicio y ha añadido que seguirá luchando por la igualdad y en contra de la violencia de género.

Los orígenes de este caso se remontan a hace dos años, en concreto al 12 de julio de 2016. En aquella fecha, Parrón y el concejal de Igualdad del Ayuntamiento de Palma, Aligi Molina, también de Podemos, presentaron un escrito ante la Fiscalía pidiendo que actuase en relación a una carta al director publicada por Skibinsky en «Última Hora» el 7 de julio de aquel año, bajo el epígrafe de «No fue agresión machista», por si su autor pudiera haber incurrido en algún tipo de delito. Antes de entregar la denuncia ante el Ministerio Público, Parrón hizo declaraciones a los medios, que son las que finalmente han derivado en esta causa penal.

La citada carta al director de Skibinsky hacía referencia al suceso ocurrido el 29 de junio de 2016 en una finca del municipio mallorquín de Alcudia. Aquel día, tuvo lugar un nuevo caso de violencia de género en las Islas. En concreto, Carlos Peña, de 37 años de edad y nacionalidad española, roció con gasolina a su pareja , Xue Sandra Saura, de 32 años y nacionalidad española, y luego le prendió fuego con la intención de matarla . Skibinsky afirmaba en su carta al director que fue una «brutal agresión» y un «hecho deleznable», pero también consideraba en dicho escrito que no sería correcto calificarla como una «acción machista». En opinión de Parrón, en cambio, Skibinsky habría querido justificar la citada agresión y también habría hecho «apología de la violencia machista» en su carta.

En relación al mencionado caso de violencia de género, cabe recordar que la víctima, Xue Sandra, consiguió sofocar con una manta las llamas que quemaban su cuerpo y pudo salir de la habitación en la que se encontraba. A pesar de las gravísimas lesiones sufridas, la joven consiguió abandonar el lugar, con su hijo de dos años en brazos, logró entrar en su vehículo y se dirigió hacia la casa de sus padres para pedir ayuda. Xue Sandra fue trasladada de urgencia al Hospital de Son Espases, ubicado en la capital balear, en estado muy grave, con quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo. Horas después, fue evacuada al Hospital de Vall d'Hebrón de Barcelona, en estado crítico. Finalmente, fallecería el 8 de agosto de aquel mismo año.

Por lo que respecta al presunto asesino, en un primer momento confesó ante la Guardia Civil que había intentado matar a su pareja y fue detenido de inmediato por agentes de la Benemérita. Con posterioridad, el 1 de julio de 2016, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Inca acordó prisión provisional sin fianza para el acusado. La juez le imputó dos delitos de tentativa de asesinato y un delito de incendio. Tras la muerte de Xue Sandra, ocurrida un mes después del ingreso en la cárcel del presunto asesino, finalmente Carlos Peña será juzgado ahora por dos delitos de asesinato , uno en grado de tentativa, y otro de incendio.

El supuesto homicida reconoció ya en su momento, hace dos años, que en la noche del 28 de junio había discutido con su pareja, después de que la joven le hubiera comunicado que iba a dejarle porque había conocido a otra persona. Tras dicha discusión, Carlos Peña abandonó la finca, estuvo consumiendo alcohol y drogas, compró un litro de combustible en una gasolinera y regresó a la vivienda familiar de madrugada. Poco después, entró en la habitación donde se encontraban descansando Xue Sandra y su hijo e intentó matar a la mujer. «Si no está conmigo, no está con nadie», afirmó el agresor ante la magistrada.

Por lo que respecta a la mencionada carta al director de Skibinsky que los dos citados altos cargos de Podemos entregaron en julio de 2016 a la Fiscalía, su autor iniciaba el texto señalando que cuando afirmaba que no fue una «agresión machista» se refería, en concreto, a «la brutal agresión» cometida por Carlos Peña. «Estamos de acuerdo en que se trata de un hecho deleznable, pero discrepo en el tratamiento que se le ha dado considerándola una acción machista», señalaba Skibinsky.

«Estamos ante un crimen pasional, con una personalidad obsesiva que ha intentado ejercer la dominación sobre su pareja», se indicaba asimismo en dicha carta, y se añadía: «Si la agresora hubiera sido Carla Bruni, quien esta misma semana confesaba “Si mi marido me engañase podría llegar a actos extremos como cortarle el cuello o las orejas mientras duerme”, nadie afirmaría que es un “crimen feminista” ni mucho menos que hubo “violencia de género”, aunque sí lo sería por definición». Por último, Skibinsky señalaba que «el feminismo radical y misándrico ha imbuido a la sociedad de su ideología sectaria, que ve machismo hasta en la sopa».

Por contra, la denuncia presentada ante el Ministerio Público por Parrón y por Molina señalaba que «el conjunto del texto —de Skibinsky— busca la comprensión y acercamiento a la figura del agresor, justificando en función de las circunstancias una atenuación y hasta una exención de la responsabilidad de sus actos». Para la directora insular de Igualdad, «la libertad de expresión existe, pero no todo vale». La Fiscalía decidió finalmente archivar dicha denuncia. El Ministerio Público no apreció la comisión de un presunto delito de trato degradante, «puesto que en ningún momento se trata de degradar a la víctima», ni tampoco un supuesto delito de vejación injusta, «que exige que entre el autor y la víctima exista una relación de parentesco (...) que no se da entre el denunciado y la víctima de la agresión de Alcudia».