Sor Rosario, hermana de la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña de Granada, recibe un golpe de desconocido «por ser monja». Un concejal de Podemos oficia una boda civil vestido de sacerdote y con una bufanda del Barcelona F.C. en Jaén en marzo de 2017. Atacan la capilla de la Universidad Autónoma con cócteles molotov y pintan «La iglesia que ilumina es la que arde». Carlos Sánchez Mato, un concejal de Manuela Carmena, llama «gentuza», en su perfil de Twitter, a los seguidores del movimiento «Yo voy a misa». Arran, la organización juvenil de la CUP cuelga en abril de 2017 un vídeo en Youtube en el que se ve a dos mujeres besándose frente a la imagen de la «Moreneta» para denunciar «la lesbofobia de la Iglesia». Un Drag Queen se mofa de la Iglesia católica en los carnavales de Canarias en febrero del año pasado. El síndico de Compromís en las cortes valencianas, Fran Ferri, acusa a los padres católicos de causar suicidios con sus charlas escolares contra la ley ‘trans’. LA CUP organiza una rueda de prensa en la Catedral de Barcelona para denunciar que la Iglesia católica es «una estructura de poder a abatir». La alcaldesa de Alcalá de Henares, Catalina Rodríguez (Podemos), rechaza la presencia del obispo J. A. Reig Pla en las fiestas patronales y le llama «homófobo» y «machista». La CUP pide la «expropiación forzosa» de la catedral de Barcelona.
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