«Tranquilizante» u «opresiva»: la mascarilla se vuelve obligatoria en lugares públicos cerrados en Francia

Los ciudadanos deberán llevar las mascarillas en bancos, tiendas y mercados cerrados, según informó el pasado sábado el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, en su cuenta de Twitter.

El Gobierno francés ha acelerado los planes para aplicar el uso obligatorio de las mascarillas tras percibir cierto aumento en su aplicación voluntaria, especialmente en áreas en el oeste y sur de Francia poco afectadas tras desencadenarse el brote de coronavirus.

La pandemia del coronavirus deja en Francia más de 30.000 víctimas mortales y más de 211.000 personas contagiadas. A nivel global, el coronavirus ha acabado con la vida de más de 600.000 personas y deja más de 14,5 millones de casos.

Ayer, miles de ciudadanos respondían con un «es tranquilizante» a la nueva estampa nacional, aunque otros, asediados por el calor, decían que es «opresiva».

«Esta es una buena medida, ya que estamos comenzando a ver aparecer nuevos grupos», dice a Afp Fabrice Annycke, farmacéutico del hospital cruzado en los pasillos del gran centro comercial Lille Euralille.

«Es difícil de soportar. Estamos oprimidos. Antes de la obligación, no llevaba la máscara. Me la puse de nuevo porque tenemos que hacerlo», juzga Leia Villefroy , también en Lille, de 17 años.

Los centros comerciales, tiendas , administraciones abiertas al público, bancos y mercados cubiertos completan la lista de lugares donde ya se requería el uso de una máscara : museos, estaciones, aeropuertos, salas de reuniones y espectáculos, cines, restaurantes, hoteles, centros deportivos. vacaciones, bibliotecas, lugares de culto, establecimientos de deportes de interior ...

«Observamos que hay signos preocupantes de reanudación epidémica en el territorio nacional», recordó Véran, mencionando «entre 400 y 500 grupos», en particular en Mayenne, Bretaña y en el Gran. E.

Emmanuel Macron anunció el 14 de julio la entrada en vigor el 1 de agosto de la obligación de usar una máscara, pero la fecha se adelantó rápidamente ante las alertas de los médicos sobre «señales débiles» de reanudación de la epidemia de Covid-19 .

«No cambia nada en absoluto para mí, lo usé en lugares cerrados todo el tiempo. Encuentro que la medición llega demasiado tarde, debería haber sido obligatoria por la desconfinación ... Pero es mejor que nada y mejor tarde que nunca», dice Ilyas Mekkaoui, una estudiante que camina por el Forum des Halles en París .

Para Charles Zev , oficial de seguridad de un Fnac parisino, donde ya se requería usar una máscara, «eso (...) hace la tarea un poco más fácil ya que ahora es obligatoria en todas partes. Pero las personas, en su inmensa la mayoría ya llegó con una máscara. Los oficiales a veces simplemente tenían que pedirles que se la pusieran». «Es más claro. Me tranquiliza. ¡Pero la gente también debería usarlo correctamente!», subraya Philippe Gaborit, uno de los clientes.

En las Terrasses du Port, un centro comercial con vista al mar en el distrito de La Joliette en Marsella, la medida no cambió mucho los hábitos adoptados desde la reapertura el 13 de mayo. «No tenemos otra opción, debemos familiarizarnos con él porque después del verano corremos el riesgo de tener un aumento en los casos», dijo Julien Marcheschi, un médico corso de 33 años de edad que camina con su familia y es partidario de la máscara obligatoria. Todo el espacio público.