Coronavirus
La levedad de Ómicron aumenta la resistencia de los jóvenes a vacunarse
Los grupos de 20 a 29 y de 30 a 39 años son los que presentan porcentajes más bajos de inmunización contra el Covid
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Iniciar sesión«Para que yo me vacune tienen que desarrollar una vacuna que me dé confianza. Las que ahora hay no me la dan. He visto que hay una española que están testando, que están creando con tiempo. Esa sí me la podría llegar a poner». ... Son las palabras de Patricia Fernández, una joven de 30 años que ha decidido no ponerse la vacuna contra el Covid-19 . Además de la desconfianza que asegura que le genera la inyección contra el virus, confiaba en que la enfermedad para ella no fuera más que una gripe . Y lo ha comprobado, pues afortunadamente el virus en su cuerpo no ha cometido los estragos que podría haber causado. «Siendo asmática, lo he pasado como una gripe. No me ha pasado nada. Y a mi círculo cercano tampoco», justifica, aunque subraya que no le parece mal que el resto de personas de vacunen. «Yo respeto todas las opiniones y quiero que también se respete la mía: mientras la vacuna no sea obligatoria tengo libertad para no ponérmela».
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Patricia pertenece a uno de los grupos de edad que más se les está resistiendo tanto al Ministerio de Sanidad como a las comunidades autónomas a la hora de administrarles la vacuna, pese a los innumerables llamamientos que tanto las autoridades políticas como las sanitarias han hecho en los últimos meses para que todos los españoles se inmunicen. Cuando antes de verano algunas comunidades abrieron la autocita para la vacunación contra el virus a los jóvenes, las imágenes de colas fueron constantes: acudieron en masa a recibir la inyección . Antes de Navidad, cuando otras regiones implantaron el certificado Covid para entrar en algunos locales de ocio, esas filas se repitieron. Sin embargo, los porcentajes de vacunación en las personas de 20 a 29 y de 30 a 39 años son, con diferencia, los más bajos de todos los grupos de edad . El porcentaje de inoculación de los veinteañeros es del 81,9% mientras que el de los treintañeros es del 83,1%. El resto de grupos etarios rozan o superan el 90%. Incluso en los niños de 12 a 19 años, para quien la posibilidad de recibir el pinchazo se abrió meses más tarde, la tasa es superior a la de estos grupos, del 85,3%.
Son varios los motivos que los expertos achacan a esta resistencia frente al fármaco contra el coronavirus. El primero, la sensación de inmortalidad que muchos tienen debida a su corta edad. «En los grupos de edades jóvenes normalmente hay más reticencia a percibir esto como un riesgo para la salud. Piensan que con ellos no va la enfermedad, no son conscientes de que puedan enfermar porque no tienen sentido del riesgo», analiza Inmaculada Cuesta, enfermera experta en vacunas del Consejo General de Enfermería (CGE).
También en esta línea se mueve Fernando Moraga-Llop, pediatra y vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, que apunta que estos grupos etarios «tienen la sensación de que es una enfermedad leve, que realmente si se compara con los mayores de 60 para ellos es menos grave , pero eso no quita que incluso con Ómicron, que en principio es algo más leve, si coge a un grupo de personas no vacunadas también produce hospitalizaciones». A su juicio, en general la juventud se muestra más despreocupada por su salud que otros grupos de mayor edad. «No tienen percepción de peligro», señala.
Seis veces más
Los datos, en cambio, no respaldan la tesis de quienes no se vacunan porque creen que la enfermedad no irá a por ellos. Según los datos del Ministerio de Sanidad del pasado jueves, entre el 8 de noviembre de 2021 y el pasado 2 de enero hubo 7.335 pacientes con coronavirus de entre 30 y 59 años que acabaron hospitalizados por el virus. La tasa de hospitalizados en este tramo de edad que habían sido vacunados con pauta completa fue de 2,71 casos por cada cien mil habitantes. La de no vacunados, por su parte, fue de 16,61, más de seis veces más . 829 personas de este grupo etario acabaron en las Unidades de Cuidados Intensivas, con una tasa de 0,23 casos entre los que recibieron la inyección contra el virus y de 2,52 entre quienes no la recibieron. Y también hubo fallecimientos, 174, con una tasa de 0,07 entre los vacunados y de 0,38 entre los que no lo estaban.
Las diferencias de la evolución entre vacunados y no vacunados también se observan en las personas de entre 12 y 29 años. Los mismos datos de Sanidad muestran una tasa de hospitalización de 1,03 casos entre los vacunados en este grupo de edad, frente a una 4,74 entre no vacunados. La tasa de los que acaban ingresados en la UCI es de 0,04 para los inoculados y de 0,31 para los que no. Los fallecimientos -que en este grupo de edad son mínimos- suponen una tasa de 0,01 casos entre los inmunizados y de 0,05 entre los no vacunados.
Menospreciar el virus
Pero los expertos señalan otro problema que aleja a los jóvenes de vacunarse y que, en las últimas semanas, han potenciado varios dirigentes políticos, entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la ministra de Sanidad, Carolina Darias: la ‘gripalización’ de la pandemia. «La variante Ómicron está circulando de forma masiva y brutal y, mientras, los políticos están ‘gripalizando’ el virus. No pueden dar a la ciudadanía esa sensación de menospreciar el virus», lamenta el doctor Moraga-Llop. Considera además que si se empieza a tratar al coronavirus como a la gripe , serán cada vez más las personas que eviten la inyección contra el virus, especialmente las más jóvenes. «Pensar que ya estamos en otra fase puede dar pie a muchos a no vacunarse, como ocurre con la gripe, de la que mucha gente no se vacuna. Es inoportuno hablar de esto ahora», sentencia. «No podemos pensar que esto es una gripe sin más de la que no hace falta vacunarse», apunta por su parte Inmaculada Cuesta, que comprende, sin embargo, el «cansancio» de la población, especialmente de los grupos de menor edad, a causa de la pandemia. Pero no por ello cree que la población deba descuidar la prevención frente al virus. «Hay que dejar un mensaje muy claro: los no vacunados se están jugando la vida », espeta.
Por muchos mensajes que se difundan sobre la necesidad de vacunarse, explica Myriam Fernández Nevado, politóloga y socióloga del Colegio Profesional de Ciencia Política y Sociología de la Comunidad de Madrid (Colpolsoc), los jóvenes son personas formadas que confían en su criterio a la hora de tomar decisiones . «Son personas que generalmente tienen un nivel cutural formado y eso les hace plantearse aspectos como el de la vacuna», expone, al tiempo que subraya la falta de seguridad que muchos tienen hacia la inyección. «Se niegan a vacunarse porque la tecnología de estas vacunas no les da confianza ni seguridad . Se sienten como los ‘conejillos de indias’», apunta.
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