Francia supera por primera vez desde que comenzó la pandemia los 100.000 contagios diarios

Hasta Nochebuena, el gobierno francés confiaba «plenamente» en la vacunación. El incremento espectacular de la propagación de la nueva variante, Ómicron, ha propagado una ola de inquietud, cuando las Navidades están siendo víctimas de complicaciones de muy diversa naturaleza.

El gobierno había aconsejado «mucha prudencia» pidiendo que se redujese el número de familiares reunidos. Además, los trenes y el conjunto de los transportes públicos han sufrido trastornos significativos.

Desde en el principio de la pandemia, Francia contabiliza 122.546 muertes. 16.162 personas están hospitalizadas, la mortalidad es relativamente «modesta». Sin embargo, la propagación espectacular de Ómicron alimenta una incertidumbre profunda. Gabriel Attal, portavoz oficial del gobierno resume la situación de este modo: «No pueden excluirse nuevas medidas, a la luz de la propagación de la epidemia a través de la variante Ómicron».

A la espera de las decisiones que pudieran tomarse, la venta de alcohol para el consumo callejero, los bailes, fuegos artificiales y reuniones están limitadas y prohibidas. Cines, teatros, bares y restaurantes, están abiertos, pero es necesario presentar certificados de vacunación y análisis realizados muy recientemente.