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El conflicto legal que tiñe de marrón las playas de Gijón

La nueva depuradora está paralizada desde 2016 por las quejas vecinales

Las aguas marrones de la Playa de San Lorenzo, en Gijón EL COMERCIO

G. CARO, M. ALCARAZ

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó el pasado mes de julio a España a pagar una multa de 12 millones de euros por no adaptar a la normativa europea los sistemas de depuración de aguas residuales. La ciudad de Gijón presenta uno de los casos más característicos del país . La depuradora de «El Pisón», situada en la zona este de la ciudad, funciona a medio gas ya que desde el año 2016 está parcialmente bloqueada por la Audiencia Nacional. Este bloqueo estuvo motivado por las protestas vecinales presentadas debido a la cercanía de la planta con la zona urbana de Gijón.

Este conflicto legal perjudica a la calidad del agua de la costa asturiana y a sus vecinos. Sin embargo, las imágenes de la playa de la ciudad enturbiada durante varios días no están solo relacionadas con la depuración sino con un sistema de recogida del agua de lluvia obsoleto.

«Hay un desarrollo urbano importante en Gijón y por eso, a poco que llueva, se satura la red », lamenta Pablo González, portavoz del grupo municipal del PP. González explica que el sistema de aliviaderos, que sirven de desagües cuando la red de alcantarillado se sobrecarga, no soporta la presión actual y responsabiliza de estos vertidos directamente al Ayuntamiento de Gijón, actualmente presidido por Foro Asturias.

Falta de planificación

José María Pérez López, portavoz del Grupo Municipal Socialista, también denuncia la falta de planificación de las inversiones que tuvo el Consistorio. «En 2011 tenían un estudio sobre la mesa que les indicaba la necesidad de construir un pozo de tormentas para soportar las fuertes lluvias, pero nada de eso se hizo», explica Pérez López.

El sistema de recogida mezcla las aguas fecales de los habitantes de la ciudad con las aguas pluviales, pero cuando llueve la red se sobrecarga . En este momento actúan los aliviaderos del río Piles, desagües que cuando llegan a una determinada cota vierten las aguas residuales al cauce que desemboca en la playa. Gijón ha tenido un verano pasado por agua y, por ello, han sido necesarios más alivios de lo normal, que vertieron toda la mezcla y enturbiaron el arenal de San Lorenzo. El Gobierno local y la oposición coinciden en que la solución es la construcción de un tanque de tormentas para retener el primer arrastre, que es el más contaminante, y contener el agua para luego poder depurarla antes de soltarla.

Preocupación vecinal

En 2011 se presentó un proyecto para hacer un tanque de aguas, que según Vidal Gago, el director gerente de la empresa municipal de aguas tenía «vicios ocultos» y quedó bloqueado. Ahora, confirma uno nuevo. «Cuando se construya esa infraestructura los alivios quedarán en algo testimonial», asegura.

Adrián Arias, presidente de la Federación de Asociaciones de vecinos de Gijón demanda un estudio «real» de los vertidos la ciudad. Asimismo, rechaza los «datos puntuales» del ayuntamiento que dictaminan la calidad de carácter excelente de las aguas de Gijón y considera que «la percepción ciudadana no es la misma».

Por su parte, Paco Ramos de Ecologistas en Acción Asturias, afirma que en el caso de San Lorenzo, su condición de playa atlántica permitirá que cuando se resuelva el problema tanto el agua como la arena no esté contaminada. «Si no hay nuevos vertidos, la evolución normal será que la playa esté limpia por las mareas», puntualiza.

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