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Cadena perpetua para el enfermero alemán que mató a al menos 85 pacientes

Solo entre 2000 y 2005 inyectó una sobredosis de medicamentos a decenas de pacientes con las que les causaba colapsos respiratorios y cardíacos

El enfermero alemán Niels Högel, en una imagen del juicio
Rosalía Sánchez

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El tribunal considera probado que el enfermero alemán Niels Högel , con el único objetivo de jugar a parecer como altamente competente ante el resto del personal sanitario, causó la muerte al menos de 86 pacientes en dos hospitales en los que trabajó. En consecuencia, ha sido condenado a cadena perpetua, la máxima pena que establece la ley alemana . Ya estaba cumpliendo condena por la muerte de los seis primeros muertos descubiertos, pero una revisión a fondo en los centros sanitarios por los que pasó durante su vida profesional ha aumentado la cifra de víctimas que, según reconoce también la sentencia, serán seguramente más de las establecidas. Al acercarse al centenar, las autoridades judiciales han decidido no seguir exhumando cadáveres.

Estaba considerado como una persona simpática y calificada. Solo entre 2000 y 2005 inyectó una sobredosis de medicamentos a decenas de pacientes con las que les causaba colapsos respiratorios y cardíacos. Después se ocupaba personalmente de la reanimación, presentándose como un héroe . En los casos en los que no lograba esa reanimación, el paciente moría. Según ha explicado durante los juicios, quería destacar entre sus colegas como especialmente eficaz en la gestión de crisis. «Era la única manera de integrarse en el equipo», ha dicho.

Los expertos psiquiátricos indicaron que Högel sufre un profundo problema de narcisismo . Durante el juicio, explicó que sufría por el estrés de su oficio y por la falta de personal en los hospitales. También habló del fin de una relación sentimental que fue «traumática». «Este oficio no estaba hecho para mí. Tendría que haberlo reconocido», dijo Högel, que tiene un hijo adolescente.

Las víctimas, de entre 34 y 96 años, eran elegidas al azar y podrían ser en realidad unas 200. El portavoz de las víctimas, Christian Marbach, habla incluso de 300 . Hasta ahora fueron exhumados más de 130 cuerpos, pero es imposible establecer un balance exacto de víctimas porque muchos pacientes fueron incinerados.

Niels Högel reconoció en una primer declaración 30 asesinatos en Delmenhorst en 2015, pero negó haber matado en Oldenburgo, lo que era mentira. Cuando le preguntaron por qué mintió dijo que tenía «vergüenza» por la «dimensión» de sus actos. Las autopsias de los cuerpos de los pacientes de Oldenburgo demostraron después con certeza la sobredosis de medicamentos . «Yo quería que me valoraran y con el trabajo rutinario no era posible», explicó durante sus entrevistas con peritos psiquiátricos, «intentaba que viesen que yo era capaz de ocuparme de los peores casos y solucionar satisfactoriamente cualquier crisis. De lo contrario era todo demasiado rutinario y aburrido y no repararían de mí».

Durante el juicio, tras reconocer su responsabilidad global por las 100 muertes, dijo finalmente estar seguro de haber «manipulado» a 43 pacientes, no acordarse de otros 52 y negó ser responsables en cinco casos, creando confusión y frustración entre las familias de las víctimas, que por otra parte reivindican explicaciones por parte de los hospitales en que esto sucedía sin que nadie se diese cuenta.

El hospital de Oldenburgo le despidió en 2002 argumentado «pérdida de confianza» aunque le dio una carta de recomendación elogiosa. Högel afirma que no sabe exactamente por qué le despidieron y estaba convencido de que le habían descubierto y creía que la policía le iba a detener. Pero no pasó nada. «Sin los errores de ciertas personas en Oldenburgo (...) la serie de asesinatos de Niels Högel se habría podido detener», denunció Christian Marbach, portavoz de las víctimas y cuyo abuelo murió a manos del enfermero en Delmenhorst. Varios colegas y superiores jerárquicos de Oldenburgo, que declararon durante el juicio, negaron sin embargo las sospechas o dijeron que no se acordaban. Esta «amnesia colectiva» exasperó al juez, que durante el proceso ha ampliado la acusación a 10 personas por perjurio y falso testimonio. Además, los responsables de los dos hospitales tendrán que dar explicaciones en un juicio distinto, en el que Högel será testigo.

El «Ángel de la muerte», como la prensa alemana ha apodado al enfermero Niels Högel, nació el 30 de diciembre de 1976 en Wilhelmshaven y se convirtió en enfermero, como su padre, a los 19 años. A finales de 1999 empezó a trabajar en el hospital de Oldenburgo y a principios de 2003 en el de la ciudad vecina de Delmenhorst. Sus colegas no se percataron de la frecuencia de los fallecimientos cuando él estaba de servicio y ahora su caso servirá para que los hospitales alemanes establezcan nuevos procedimientos que garanticen la seguridad de los enfermos. La Asociación Alemana de Enfermeros, que ha destacado la profesionalidad y entrega co la que la mayoría del gremio realiza su trabajo, está de acuerdo en que se establezcan protocolos que impidan, por ejemplo, el hecho de que un enfermero en solitario deba ocuparse delos pacientes, así como nuevas restricciones al acceso de los medicamentos, cuyo uso podría ir ligado a la exigencia de una firma en cada caso.

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