Las claves para elegir guardería

Para que el paso de la seguridad del hogar al mundo exterior se haga de forma poco traumática para el niño y los padres es necesario tener claras ciertas condiciones y priorizar los requisitos a la hora de buscar la mejor guardería o escuela infantil.

La primera pregunta que se hacen los progenitores es cuál es la mejor edad para que el pequeño empiece en la «guarde». Los pedagogos aconsejan que sea antes de los 8 meses , para facilitar la adaptación, o entre los 18 y 24 cuando el niño tiene más medios para enfrentarse por si solo a situaciones difíciles sin la ayuda de un familiar.

Los pediatras, por su parte, advierten a los padres que un bebé corre un alto riesgo de enfermar en un medio en el que se encuentran muchos niños, ya que se favorece la diseminación de infecciones con gran facilidad. Un estudio realizado por la Academia Americana de Pediatría concluyó que un niño que asiste a la escuela infantil o guardería tiene más cuadros gripales, bronquitis, laringitis, diarreas o infecciones de los oídos que el que permanece hasta los 24 meses en casa.

Una vez que se ha tomado la decisión de optar por una guardería hay que saber que las hay públicas, privadas o subvencionadas pero todas deben ajustarse a la normativa de la LOGSE (Ley de Ordenación General del Sistema Educativo). La diferencia entre ellas será sobre todo el precio que puede oscilar desde los 150 euros hasta los 800 con servicio de comedor. En los tiempos que corren muchos son los padres que intentán que el niño «entre» en alguna de las guarderías públicas o con alguna subvención. Las fechas para la solicitud varían dependiendo de las comunidades autónomas pero suelen hacerse entre los meses de marzo y abril. Tendrán más puntos aquellos niños cuyos padres no superen una determinada rentas; ambos progenitores tengan un trabajo a jornada completa; familias numerosas o aquellos que ya tengan hermanos en el centro.

Los padres quieren ante todo que su hijo esté seguro por eso hay una normativa muy estricta . Las ventanas tienen que tener cristales irrompibles y estar fuera del alcance de los niños o con rejas. Las puertas deben contar con un sistema apropiado para evitar accidentes al igual que el resto del mobiliario. Todos los materiales toxicos o peligrosos ya sean detergentes o enchufes deben estar fuera del alcance de los pequeños. Según la legislación deben disponer de un mínimo de 1,50 metros cuadrados por puesto escolar, que se amplían a un mínimo de 3 metros cuadrados para el patio de recreo

Respecto a los educadores deben poseer, al menos, un título de Jardín de Infancia para hacerse cargo de los más pequeños (de 0 a 3 años) y no podrán atender a más de 8 niños por aula aquellos que estén con bebés hasta el año de vida. Los profesionales que cuiden a los niños de 1 a 2 años tendrán un máximo de 13 niños por aula y las clases de 2 a 3 años podrán subir hasta los 20. A partir de los 3 años y hasta los 6 deberán ser Maestros de Educación infantil los que enseñen los primeros conceptos de lectoescritura para el paso al colegio en Primaria.