Cientos de musulmanes piden en Melilla respeto a sus tradiciones religiosas

Con banderas de España, del pueblo bereber y de la Unión Europea, la marcha ha discurrido entre cánticos y consignas en español y en bereber dirigidas especialmente contra el delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani. «Defender las tradiciones es defender la convivencia» , se leía en la pancarta que abría el recorrido, portada entre otros por líderes de la Comunidad Islámica y de Coalición por Melilla, principal partido de la oposición en la ciudad y de mayoría musulmana.

Tras ella iban otras con lemas como «Por el respeto a las tradiciones» y «El Gobierno español discrimina a los musulmanes diabéticos para Aid Al Adha» , como también se conoce a esta fiesta que se celebra el próximo 1 de septiembre, día festivo en Melilla. La manifestación ha transcurrido entre un importante dispositivo policial, mientras un helicóptero de la Policía Nacional sobrevolaba el recorrido. La protesta ha sido la segunda de una serie de movilizaciones previstas durante este mes, que comenzaban ayer con una caravana de vehículos entre el cementerio musulmán y el centro de la ciudad.

La plataforma convocante la integran, entre otros, la Comunidad Islámica, Coalición por Melilla, el Voluntariado Islámico de Acción Social, la Asociación Islámica Badr, Intercultura y Los Verdes. El Ministerio de Agricultura ha autorizado de forma excepcional el paso de Marruecos a Melilla de este ganado , al haberse estabilizado el brote de fiebre aftosa en el país vecino, pero con una serie de condiciones en aplicación de la normativa europea para prevenir esta enfermedad animal.

Algunas de ellas, contra las que se dirigen las protestas, son que las reses tienen que pasar la frontera en transportes profesionales , no en vehículos particulares, y con destino a una ganadería autorizada, pero no para la compraventa directa para ser sacrificado por parte de particulares. El delegado del Gobierno advirtió ayer del peligro de radicalizar esta fiesta musulmana si se utiliza la religión con fines políticos por parte de los promotores de las movilizaciones.