China niega ser el origen del coronavirus y apunta a importaciones de congelados
Para descargarse de responsabilidad, Pekín se aferra a los estudios que han hallado supuestos anticuerpos en Italia y restos del virus en aguas de Barcelona antes de la pandemia
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Iniciar sesiónChina intenta descargarse la responsabilidad del coronavirus , que lleva ya más de 61 millones de contagidos y 1,4 millones de fallecidos en todo el mundo y ha hundido la economía global. Aunque la pandemia estalló en la ciudad de Wuhan en enero, ... cuando sus hospitales se colapsaron por una misteriosa neumonía mortal, la propaganda del régimen ha lanzado una ofensiva mediática negando que ese sea el origen.
«La enfermedad Covid-19 no empezó en Wuhan, sino que pudo haber venido a través de importaciones de comida congelada», titula el Diario del Pueblo, altavoz del Partido Comunista, en un artículo en Facebook que cita a varios expertos. Entre ellos destaca el epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China, Wu Zunyou . Según explicó a otro periódico oficial del Partido, «cada vez hay más pruebas de que el marisco o la carne congelada pueden haber introducido el virus en China». Para uno de sus antecesores en el cargo, Zeng Guang , «Wuhan es donde el coronavirus se detectó por primera vez, pero no donde se originó», dijo en una conferencia académica la semana pasada.
Para ello se basan en los recientes hallazgos de restos de coronavirus en envases de carne y marisco congelados que han sido importados por China. A tenor de las autoridades, dichos paquetes contaminados están detrás de los casos detectados en las ciudades portuarias de Dalian, Qingdao y Tianjin y podrían haber causado el brote en el mercado de Huanan , que desató la epidemia en Wuhan.
«Cuando rastreábamos el virus antes, siempre buscábamos huéspedes intermedios, probablemente un animal. Puede que haya llegado el momento de reexaminar si el brote de Wuhan procede una persona infectada o de comida contaminada», señala al periódico «Global Times» Yang Zhanqiu , subdirector del Departamento de Biología Patógena de esa ciudad. En ese mismo medio estatal, un experto en enfermedades respiratorias del Primer Hospital Universitario de Pekín, Wang Guanfga , sostiene que «la posibilidad de que la epidemia de Wuhan fuera causada por comida congelada importada no puede descartarse si el mercado de mariscos de Huanan tenía esos productos a la venta». A tenor del «Gobal Times», en dicha lonja «había puestos que ofrecían comida congelada, como c angrejos, almejas y carne de Brasil y Alemania». Curiosamente, Wang Guangfa fue uno de los primeros expertos que visitó Wuhan antes de su cierre el 23 de enero y declaró entonces que el virus no se transmitía entre humanos y que la epidemia era «controlable». Para la hemeroteca no solo queda su error, sino que también se contagió al visitar un hospital, al parecer por los ojos.
Frente a estas opiniones que suenan cada vez más en China, los expertos occidentales y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) creen que la presencia del virus en los envases es «rara y aislada». Aunque el coronavirus puede sobrevivir un tiempo en algunas superficies frías, no hay pruebas de que nadie se haya contagiado por entrar en contacto con ellas o por consumir comida contaminada. De hecho, y según reconocen las propias estadísticas chinas, de los tres millones de pruebas efectuadas en comida congelada hasta el 15 de septiembre, solo 22 tenían el coronavirus, y con una carga muy baja.
Pero, como la pandemia se ha convertido en una cuestión política, el autoritario régimen de Pekín se aferra a cualquier opción que le sirva para desviar la atención sobre su falta de transparencia y sus trabas a una investigación internacional de su origen. Como, por ejemplo, el estudio italiano difundido este mes que arroja más dudas sobre el coronavirus. Dirigida por la doctora Gabriella Sozzi , del Instituto Nacional del Cáncer de Milán, su investigación ha encontrado anticuerpos específicos del Sars-Cov-2 en las muestras de sangre tomadas a más de un centenar de enfermos de cáncer de todo el país entre septiembre de 2019, antes del estallido en Wuhan, y marzo de este año.
Aunque algunos virólogos han rechazado este estudio, los oncólogos insisten en su validez porque se han especializado en analizar las mutaciones en las células que provoca el cáncer. Además, la doctora Sozzi, que lleva 40 años trabajando en dicho campo, asegura haber usado unas pruebas con una exactitud del 96 por ciento y que los anticuerpos detectados neutralizaron el SARS-CoV-2, según informa el periódico «South China Morning Post».
De igual modo, las supuestas muestras de coronavirus descubiertas el año pasado en aguas residuales de Italia, y hasta en Barcelona en marzo de 2019, dan munición a Pekín . Mientras tanto, la OMS sigue esperando a que permita la entrada en el país de un equipo de investigadores internacionales para estudiar el origen de la pandemia. Aunque Pekín ha prometido el acceso, todavía no hay fecha para dicha misión.
De momento, lo único que se sabe con seguridad es que el Sars-Cov-2 coincide genéticamente en un 96,2 por ciento con otro coronavirus de murciélago hallado en 2012 en unas cuevas de Yunnan, al suroeste de China. Aunque ese 3,8 por ciento restante indica una evolución de bastante tiempo, algunos estudios genéticos, entre ellos de Cambridge y Oxford, apuntan a que surgió en el sur de China y luego se fue propagando por todo el mundo, como revelan sus mutaciones.
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