Es lo que está ocurriendo aldeas como Zhengwan, provincia de Hebei, China, en donde voluntarios ataviados con trajes protectores están dirigiendo los drones para que descarguen desinfectantes sobre las calles vacías de la población.
El coronavirus de Wuhan ha dejado ya más de 400 muertos y más de 20.000 afectados en el gigante asiático. Por el momento, las autoridades sanitarias chinas aseguran que han realizado seguimiento médico a 221.015 pacientes en contacto cercano con los infectados, de los que 171.329 siguen en observación.
El gobierno chino ha estado pidiendo a las personas que se queden en casa e intenten evitar reunirse para evitar la propagación del virus. También se han cerrado tiendas, cines y restaurantes en algunos lugares. El miedo al contagio se ha extendido por el país, donde desde hace días es habitual ver calles semivacías. En este contexto, un vídeo publicado en Weibo, un sitio web de microblogging similar a Twitter, mostraba hace unos días a un grupo de personas jugando mahjong en un pueblo cerca de la ciudad de Chengdu, en el suroeste, cuando se les indicó que que se dispersaran después de ser vistos por una cámara montada en un dron.
«Jugar al mahjong en el exterior está prohibido durante la epidemia. Deja de jugar y abandona el sitio lo antes posible», ordenaba un oficial a los aldeanos a través de un micrófono mientras observaba imágenes enviadas por el dron a su pantalla.
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