Urgen vacunas y también fármacos

Es verdad que la variedad de plataformas para obtener vacunas frente a este virus es inédita. Varias ya han superado las fases I y II en las que se prueba la seguridad de su administración. La variedad de estrategias es notable; hay vacunas en estudio basadas en administrar un pequeño fragmento del ácido nucleico del virus, para que induzca en el organismo humano una parte de la proteína que inmunizará frente el virus. Varias posibilidades más en ensayo se basan en que otros virus humanos , prácticamente inofensivos, se puedan modificar para que sirvan de vehículo para genes del SARS-CoV-2 e induzcan la deseada respuesta inmunitaria en el organismo vacunado. Una tercera estrategia sería utilizar el propio coronavirus, inactivado o atenuado, para vacunar.

Pero sigue pendiente el paso fundamental, la fase III requiere vacunar a más de 30.000 personas, para demostrar la eficacia de la inmunización con cada vacuna concreta. Una demostración que se ha de llevar a varios años después (Fase IV) de su empleo para confirmar la calidad y eficacia de cada producto vacunal. Sin olvidar que algunas de la vacunas en camino, como la de ácidos nucleicos, son notablemente innovadoras y serían las primeras de este tipo en ser empleadas de forma masiva. Sigue siendo imperativo mantener todas las estrategias frente al virus; los ensayos clínicos de fármacos en marcha deben también proporcionar terapias. La simple prevención de contagios sigue siendo imperativa. Así estamos.