Castilla y León avisa a Illa que se va a «dar de bruces con la realidad» al negar el confinamiento domiciliario

Bibliotecas, museos, bares, restaurantes, centros comerciales y espectáculos echarán el miércoles el candado, mientras que las universidades pasarán a dar clases de forma online. Solo podrán seguir abiertos comercios como supermercados o tiendas de primera necesidad. «Si estuviese en su capacidad, el Principado estaría decretando ya el confinamiento domiciliario. Mientras tanto ponemos en marcha una resolución que se basa en que salgamos lo mínimo posible de nuestros domicilios: ir a trabajar, ir a los estudios e ir a comprar», explicó el lunes el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández.

La idea de Asturias no es volver al confinamiento de marzo, sino a uno «más suave», que permita mantener los colegios abiertos y algunas actividades imprescindibles.

Asturias no es la primera comunidad que urge a Sanidad un marco legal para poder retener a la población en sus domicilios. Castilla y León ya pidió la semana pasada al Gobierno un soporte legal. De hecho, fue la primera autonomía en plantearlo y el sábado se sumó la ciudad autónoma de Melilla. Cataluña, Andalucía y el País Vasco tampoco descartan tener que llegar a ese extremo.

El lendakari Iñigo Urkullu aseguró este lunes que «se están analizando toda las medidas posibles». En la misma línea, el vicepresidente de Andalucía, Juan Marín, aseguró a TVE que España «va por el camino» que están siguiendo otros países como Francia o Reino Unido, que ya han anunciado confinamientos entre su población para reducir la propagación del Covid-19. «En los próximos días, esas decisiones pueden llegar a nuestro país», afirmó Marín . El vicepresidente andaluz se mostró además convencido de que cualquier camino que se tome para frenar el virus «va a ser entendida por la ciudadanía», de modo que «si siguen aumentando los contagios y la presión hospitalaria, no descartaría ningún escenario».

Sin embargo, el ministro de Sanidad no ve la necesidad de un confinamiento domiciliario. Por segunda vez desde el pasado viernes, negó que su Gobierno contemple ese escenario. «Ni estamos trabajando en ello, ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas para poder actuar es suficiente», dijo este lunes Illa, el mismo día en que su cartera notificaba un nuevo récord de positivos y fallecidos durante el fin de semana: 55.019 contagios y 379 muertos. Unos datos de por sí malos y que no contaban con las cifras de Cataluña correspondientes al día domingo debido a «poblemos técnicos» en el volcado de la información.

Illa insistió en que con el nuevo estado de alarma se podrá doblegar la curva ascendente de contagios , por lo que pidió a las comunidades «no entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura». «Con esta pandemia hemos visto que las cosas no son de un día para otro. Se tarda entre 10 y 15 días en ver los resultados. Por lo tanto, debemos tener un punto de templanza y saber esperar el tiempo necesario para poder ver los efectos de unas medidas muy drásticas», insistió.

Para el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, no se trata de una cuestión de paciencia. «El ministro se va dar de bruces contra la realidad», aseguró ayer a ABC. A la vista de lo que está sucediendo en otros países europeos, como Francia o Reino Unido, Igea subrayó que «no hay una conjura internacional para llevar la contraria al Gobierno».

Asturias consiguió salir bien parada de la primera ola por su capacidad de anticipación en la toma de decisiones . Con 416 contagios por cada cien mil habitantes, su situación es mucho mejor que la media del todo territorio (521) o de comunidades como Navarra o Aragón donde la tasa de incidencia acumulada del virus sigue disparada con 1.193 y 1.127 casos por cada cien mil habitantes, respectivamente. Ninguna de estas dos comunidades ha solicitado, sin embargo, a Sanidad un marco legal para poder recluir a sus ciudadanos en casa.

La presión hospitalaria en todo el país se mantiene en el 15%, pero la ocupación de las camas en las UCI sigue al alza. En solo dos días, ha pasado del 25,5% a rozar el 28%. En Asturias ese porcentaje sube hasta el 30,63%, muy lejos aún de La Rioja o Aragón, donde supera el 53 y 48%, respectivamente.