El caso del joven al que le amputaron las piernas tras comer sobras en mal estado y sufrir un fallo orgánico

Según los hallazgos publicados en NEJM, el paciente, al que el informe se refiere como JC, estuvo bien hasta unas 20 horas después de comer las sobras de arroz, pollo y fideos que había guardado. Tras ese período, desarrolló dolor abdominal, náuseas y comenzó a vomitar. También experimentó dolor en el pecho, dificultad para respirar, visión borrosa, entre otros síntomas.

«Ocurrieron múltiples episodios de vómitos. El dolor abdominal y los vómitos fueron seguidos por el desarrollo de escalofríos, debilidad generalizada, empeoramiento progresivo de mialgias difusas, dolor de pecho, dificultad para respirar, dolor de cabeza, rigidez en el cuello y visión borrosa», se lee en el estudio.

JC experimentó una decoloración púrpura de la piel y finalmente fue llevado a la unidad de cuidados intensivos del Hospital General de Massachusetts. Allí fue tratado por shock, insuficiencia orgánica, manchas en la piel y una «erupción reticular rápidamente progresiva» . El sarpullido pronto se extendió a la cara, el pecho, el abdomen, la espalda, los brazos y las piernas.

La necrosis de sus brazos y piernas y el desarrollo de gangrena llevaron a amputaciones de sus piernas por debajo de las rodillas .

Después de realizarle varias pruebas, diagnosticaron al joven una infección bacteriana potencialmente mortal llamada Neisseria meningitidis , que provocó que su sangre se coagulara y su hígado fallara. La necrosis de su piel fue el resultado de una «púrpura fulminante» , una complicación rara y grave de la septicemia meningocócica.

Los médicos descubrieron que el paciente solo había recibido una de las tres dosis de la vacuna frente al meningococo C, que se administra a los niños, y además solo había recibido una dosis de la vacuna frente a meningococo serogrupo C de las dos o tres recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Las bacterias pueden crecer rápidamente en los alimentos que se dejan a temperatura ambiente , según la página especializada en información sanitaria WebMD. Esta web recomienda, para reducir el riesgo de intoxicación alimentaria, que los alimentos sobrantes se refrigeren a más tardar dos horas después de sacarlos de una fuente de calor como un horno o una bandeja para calentar.

Con respecto a las sobras para llevar, WebMD sugiere no esperar hasta que la comida huela para tirarla, ya que las bacterias a menudo no se pueden ver ni oler. «Para matar bacterias peligrosas, deben calentarse los alimentos a 165 F (73 grados celsius). La mejor manera de saber si ha alcanzado esa temperatura es con un termómetro para alimentos», explican.