La carne cultivada en laboratorio llega por fin a la mesa

Singapur da el pistoletazo de salida a la venta al público, aunque Europa deberá esperar a 2023

Pollo cultivado en laboratorio por la empresa Eat Just

En poco más de una década, la carne «in vitro» ha saltado de los laboratorios a los restaurantes . Tiene el mismo ADN, la misma composición celular y hasta el mismo sabor que el pollo, cerdo, vaca, pavo o cordero «original», según quienes lo ... han probado. Pero lejos de crecer en la granja e ir al matadero, se trata de células musculares que se capturan mediante biopsia se reproducen en biorreactores. En 2021 los singapurenses se convertirán en los primeros ciudadanos en poder ir a un restaurante y escoger carne «cultivada» de la carta: la ciudad-estado acaba aprobar su venta y ha dado así el pistoletazo de salida a la carrera por la comercialización de la carne del futuro.

La noticia ha sido acogida con optimismo en el sector biotecnológico y también entre grupos ecologistas (es una carne sin sacrificio, sufrimiento o contaminación). Sin embargo, la autorización de la agencia de seguridad alimentaria de Singapur es aún limitada . Se refiere a una producción corta de un solo producto: unos nuggets o trozos de pollo rebozado de la empresa estadounidense Eat Just, que estarán disponibles para el público en un único restaurante. «Estoy seguro de que la aprobación regulatoria para nuestra carne cultivada será la primera de una serie en Singapur y otros países del mundo », aseguraba tras el anuncio Josh Tetrick, cofundador y director ejecutivo de la empresa.

Aumentar la produccion

Lo que hasta ahora era una posibilidad lejana se convierte así en una realidad. «Es una buena noticia porque ya no cabe duda de que se va a poder consumir, y eso se irá trasladando», opina Íñigo Charola, director general de Biotech Foods, la empresa radicada en San Sebastián que compite con otra docena en todo el mundo por desarrollar estos nuevos alimentos.

Los españoles, por ahora, tendrán que esperar a probarla. Todo apunta a que en 2021 la carne «in vitro» solo se verá en Singapur. El horizonte temporal de comercialización con el que trabaja la empresa española se va a 2023 ; exactamente el mismo plazo que se da Mosa Meat, la compañía holandesa que fabricó la primera hamburguesa de carne cultivada del mundo.

Albóndigas de carne cultivada de Biotech Foods

«Todos en general estamos en fase de escalada del producto », cuenta Charola. Es decir, trabajan en cómo ser capaces de producir el alimento en cantidades industriales. Lograrlo, además, ayudaría a reducir el precio. Porque aunque Mosa Meat aseguró el pasado septiembre haber reducido 88 veces el coste medio de su hamburguesa, el punto de partida era demasiado alto: casi 300.000 euros fue la factura de la primera, en 2013. Los nuggets de Eat Just, según desveló la empresa el año pasado, cuestan unos 40 euros la unidad: nunca producir un trozo de pollo rebozado fue tan caro.

Una carrera

De superar estos escollos, faltará su aprobación por las diferentes agencias de seguridad alimentaria. Según la consultora IDTechEx, el proceso puede demorarse alrededor de 2 años en la Unión Europea y alrededor de 18 meses en Estados Unidos, aunque el hecho de que haya empresas como Eat Just que ya estén moviéndose en el mercado norteamericano y asiático puede acelerar los procesos, en opinión de los expertos.

«Puede llevar cierto paralelismo (salvando las distancias) a la carrera por tener la vacuna del Covid-19», explica Antonio Cilla, doctor en Ciencia de los Alimentos y profesor en la Universidad de Valencia. «En nichos de mercado más amplios como EE.UU. o Europa, si las compañías interesadas ejercen presión y presentan los estudios y documentación exigida (...), es muy probable que tengan la autorización en un periodo de tiempo no muy lejano . Así las compañías que tengan la tecnología y los estudios más avanzados, tendrán ventaja si llegan antes al mercado respecto a otras competidoras», profundiza.

En realidad, la Unión Eurpea ya tiene la base legal creada desde hace años. En 2015 aprobó un reglamento para «nuevos alimentos» que incluye aquellos que consisten en un cultivo de células o tejidos. Por ello Charola se muestra tranquilo en este sentido. También porque, asegura, el proceso por el que la carne se reproduce «es muy similar al de otros alimentos elaborados con microorganismos», la misma cerveza o los yogures de bífidus activo.

La carrera por la carne del futuro sigue su curso. Según lo ve The Good Food Institute (GFI), organización que investiga para crear carne, lácteos y huevos en laboratorio, «Singapur acaba de dar el pistoletazo de salida a la carrera para producir el pollo, cerdo y ternera que disfrutamos hoy, pero sin los efectos dañinos para el medio ambiente y la salud de la agricultura industrial animal. Este movimiento debería inspirar a los gobiernos de todo el mundo».

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