La cantera de los futuros científicos

Al escucharlos, empieza a hacerse creíble aquella idea optimista que alude a que el primer paso para salir de una crisis deben ser las ganas , las buenas ideas y sobre todo, la ilusión. La generación de científicos venidera tiene mucho que decir.

La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha sido uno de los 16 Campus de Excelencia Internacional que darán acogida a estudiantes de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato provenientes de toda España. En la Carlos III se impartirán 4 cursos durante todo el mes de julio: Diseño y Construcción de Microrobots; Diseño de Estructuras Ligeras, Seguridad en Redes e Internet y Diseño Mecánico asistido por ordenador. Cada alumno pasa una semana en el campus desarrollando un proyecto de investigación que exponen el útimo día de estancia. « Fue una experiencia muy buena que nos permitió conocer gente de toda España y saber cómo funciona la universidad» , comenta José Antonio Martínez, uno de los alumnos del Campus.

Las clases se han combinado con actividades culturales y deportivas: «¡Pero nos faltó la piscina!», lamenta Irene Arellano Jiménez alumna del curso de microrobots. Entre las actividades paralelas se han organizado talleres como el de Inteligencia Emocional , impartido por el profesor Guillermo Ballenato que ha dejado muy contentos a los alumnos. «Se nota que le gusta lo que hace, lo vivía todo», cuenta Juan Arias Abelaira, del curso de seguridad en redes e internet.

La pasión, las mismas ganas y empeño que ponen ellos en lo que hacen es lo que reconocen en los demás. «Se piensa que los científicos somos más listos que el resto, no es verdad. Aunque sí creo que somos más felices. Es porque nos dedicamos a los que nos gusta, aprendemos cada día cosas nuevas y podemos ayudar a los demás», reconoce el profesor Carlos Santiuste. El factor humano también tiene importancia. Se trataba de acercar a jóvenes de toda España para que pudieran conocerse, convivir y compartir experiencias comunes. «Nos sirvió, incluso, para eliminar prejuicios», confiesa uno de los alumnos.

El Campus se desarrolla con un panorama delicado, con recortes en el sector del I+D+i . Los jóvenes no están ajenos a la situación que los rodea aunque no se paralizan. «Tal vez desde fuera cueste más apreciarlo, pero al estar aquí comprobamos que los investigadores trabajan con dificultad. La falta de dinero los frena » comenta Adrián Pérez Cócera, del curso de estructuras ligeras. Irene, en cambio, ve una oportunidad: «Quizás esto sirva para optimizar los recursos. Es negativo, los recortes no le gustan a nadie pero quizás se pueda sacar algo bueno de todo esto ».

Los profesores también tienen que decir al respecto: «Recortar en I+D es un gravísimo error. Nos ha costado mucho llegar adonde estamos» , asegura la profesora Araceli Sanchís. «Debemos aprender de la experiencia; cuando estalló la crisis, lo primero que hizo Alemania fue aumentar el presupuesto de investigación; nosotros, en cambio, lo recortamos» sentenció Carlos Santiuste.

La propuesta de la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, de financiar solo aquellas investigaciones que den «frutos» tampoco tiene buena acogida: «Para que salga una cosa que llame la atención tiene que haber 50 pequeñas que empujen la investigación del país. Esta situación es preocupante» remata Sanchís.

Los profesores han coincidido en que la respuesta de los alumnos durante la semana que duró el proyecto ha sido enriquecedora incluso para ellos. «Algunos han venido a tutorías, cosa que no hacen los que están cursando la carrera. El feed-back es muy diferente», cuenta el profesor Jorge Blasco.

«Descubrir cosas nuevas estudiando lo que te gusta, no tiene precio», concluye el joven Adrián. Los jóvenes que mañana integrarán la nueva generación de científicos tienen lo necesario para hacerle frente a los obstáculos. Cuando hay ganas de aprender y una buena formación, lo demás, viene solo.