El calor dispara el riesgo de incendios a niveles máximos en 30 años en España

Turquía, Grecia, Italia o Argelia están mostrando la devastación que supone aunar calor extremo y fuego. En Grecia se han calcinado en dos semanas más de 100.000 hectáreas , el mayor registro desde los incendios de 2007 que arrasaron varias regiones del país. En Turquía han sido 150.000 hectáreas en tres semanas, según los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis). Una cifra cuatro veces mayor de lo que se quema en promedio en el territorio turco en todo un año.

Para España, las condiciones meteorológicas que se esperan a partir de este viernes han teñido de rojo casi por completo el mapa de riesgo de incendios . Solo se salva Galicia y el área cantábrica. El índice, que se divide en cinco categorías de peligro, se elabora a partir de parámetros como la temperatura, la lluvia o la humedad del suelo, muy importante para la propagación del fuego. Y estas condiciones serán especialmente adversas a partir de hoy, cuando llegan las jornadas más duras de la primera ola de calor del verano.

La Aemet prevé para este viernes temperaturas que podría superar los 42 ºC en los valles del Tajo y del Guadiana e incluso los 44º en el valle del Guadalquivir, zona donde ya está activado el aviso rojo por calor. Y mañana sábado podrá ser peor. Los termómetros estarán por encima de los 35 grados de forma generalizada en el país y en ciudades como Córdoba se podrían registrar incluso 47 grados en el momento de más calor, 45 en Sevilla, 44 en Badajoz, 43 en Toledo o 41 en Pamplona, entre otras capitales de provincia. Además, las temperaturas nocturnas serán también muy elevadas. En la mayoría de las citadas ciudades –salvo en la navarra–, a las 23 horas las temperaturas seguirán a más de 30 grados, algo que podría darse incluso en urbes como Zaragoza.

Estas condiciones han disparado las alarmas, pero el índice de riesgo de incendios no tiene en cuenta parámetros que no sean meteorológicos, como el estado de gestión de los bosques o el abandono rural . Y «hemos hecho muy poco en materia preventiva», aseguran desde el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. Según su experiencia, la continuidad de esta ola de calor, que se mantendrá hasta el lunes, junto con la baja humedad relativa del aire y la gran cantidad de vegetación que hay en los montes, pueden provocar incendios muy intensos. «Debemos advertir del gran peligro que existe en lo queda de mes de agosto», insisten, con la mirada puesta en los sucesos vividos en el arco mediterráneo.

En Cataluña, por ejemplo, el Govern calcula que las condiciones de estos días elevarán el riesgo a su nivel más alto en 18 años, lo que ha movido a la Generalitat a tomar drásticas medidas para evitar nuevos fuegos como el que quemó más de 1.700 hectáreas a finales de julio en Lérida. Desde ayer, los bosques y campos catalanes están cerrados al paso de vehículos y excursionistas. También se ha ordenado la anulación de las acampadas en espacios forestales y se han reducido las obras y tareas de mantenimiento tanto de infraestructuras como en el tendido eléctrico. ¿El objetivo? Reducir al mínimo las posibilidades de que un incidente evitable acabe en llamas en alguno de los 179 municipios marcados como en riesgo «extremo» por las autoridades catalanas, algo que, desgraciadamente, ocurrió ayer en dos localidades: la Baronia de Rialb (Lérida) y la Pobla de Massaluca (Tarragona).

En paralelo, la Generalitat pidió «responsabilidad» a la ciudadanía para evitar que los servicios de emergencias se vean forzados a hacer actividades ajenas a las extinción de incendios. « Los bomberos tienen que estar por lo que tienen que estar . En este momento no tienen que estar haciendo rescates de montaña», alertó el secretario de Interior, Oriol Amorós.

A nivel nacional, Protección Civil también pide «máxima precaución». «Muchas zonas de España alcanzarán temperaturas superiores a 40° y hay alto riesgo de incendios. Seamos prudentes, por nuestra salud, y sigamos las indicaciones», dijo ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

«Las políticas preventivas tienen que ganar peso y tienen que ser vistas como una inversión», lamentan los ingenieros forestales, que recuerdan la importancia de llegar pronto al fuego y avisar al 112. Más aún en un escenario de cambio climático. «En la región mediterránea (Península y Baleares), así como en los países ribereños con el Mediterráneo es posible que en el futuro aumenten las condiciones meteorológicas que favorecen el desarrollo y propagación de incendios forestales, ya que se prevé un aumento de la frecuencia e intensidad de períodos secos y de las olas de calor», dice Del Campo. «Ambos tipos de episodios, unidos, aumentan notablemente el riesgo de incendios».