Jun, un pueblo de Granada acogerá la primera boda gay de un ministro australiano
Australia aún no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo

Ian Hunter y Leith Semmens tendrán que recorrer el pasillo más largo del mundo para poder casarse: más de 16.000 kilómetros. Esa es la distancia que separa al sur de Australia, donde ambos conviven, de Jun, el pueblo granadino donde, si todo marcha según el plan, contraerán matrimonio el próximo 19 de diciembre.
Para entender la historia que ha llevado a dos australianos a acabar casándose en sus antípodas hay que empezar por decir que Ian Hunter es uno de los políticos australianos más reconocidos en la lucha por los derechos gays en su país. «Empecé en 1979, cuando fui elegido presidente de la sociedad gay de mi universidad . Desde entonces, la reivindicación de estos derechos fue una de las razones por las que me fui involucrando más y más en el Partido Laborista (el equivalente al PSOE en cuanto a orientación política)».
Fue ascendiendo escalones poco a poco, y en la actualidad es el ministro de Comunidades e Inclusión Social de la región del sur de Australia. Durante su ascenso político, algo se ha mantenido estable con el paso del tiempo: su relación con Leith, un artista con el que convive desde hace más de 20 años . «Desafortunadamente, Australia aún no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo», asegura Ian.
A España de vacaciones
Eso llevó a la pareja a plantearse una boda en el extranjero . Tras descartar el matrimonio en Estados Unidos por las complicaciones legales que se les presentaban, se fijaron en España. «Aunque está habiendo avances en Australia en el tema de los derechos gays, no quisimos esperar más. Leith y yo habíamos planeado ir a España y Portugal para nuestras siguientes vacaciones, así que aproveché la oportunidad para proponerle que nos casáramos allí», relata este político. Quedaba, claro está, fijar dónde exactamente tendría lugar el enlace.
Una carta para el alcalde
Cuando el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas , recibió un mensaje por la red social Twitter en el que un miembro del gabinete de un político australiano sondeaba la posibilidad de casarse en esta pequeña localidad granadina, «pensé que podía ser una broma o proceder de un perfil falso», cuenta el regidor. La confirmación de que era algo real le llegó poco después, en una carta firmada por el propio ministro. «Esa misma noche, acepté casarlos».
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