«Basta ver la evolución del virus para saber que habrá problemas en los colegios»

Su responsable, Mario Gutiérrez, alertó que «los mensajes de tranquilidad» dirigidos este martes por los ministerios de Sanidad y Educación «a la opinión pública no dejan tranquilos a los profesores porque no se ha tomado ninguna medida extra para garantizar la seguridad de los alumnos y de los profesores». «Va a haber contagios entre los docentes sin lugar a dudas», comentó.

Gutiérrez recordó que «los mismos que se ponen medallas por el éxito con el que concluyó el curso anterior decidieron en septiembre de 2021 dejar de reducir los ratios en las aulas y de contratar profesores de refuerzo por el Covid». El representante de CSIF subrayó que si bien los docentes apuestan por lo presencial necesitan que los colegios sigan siendo espacios seguros.

Patricia es una madre gallega con dos hijos en edad escolar. Uno de ellos tiene 7 años y ha dado positivo en Covid, igual que su padre, confinado en la parte de arriba de la vivienda desde la pasada semana. La otra pequeña, de 5 años, está a la espera de una PCR pero ya sabe que deberá afrontar la misma cuarentena que su hermano, esté infectada o no, porque no ha sido vacunada. Los dos deberían empezar las clases el día 10, pero no podrán hacerlo hasta al menos el 11. Su madre, al cuidado de los pequeños durante todo el aislamiento del padre, critica el protocolo vigente.

«Un niño de siete años, con fiebre, no puede cuidarse solo. Estoy yo sola para atender de mis dos hijos, teletrabajando porque yo soy negativa, y me dicen que debo mantenerlos separados, pero eso es casi imposible». Sobre la vuelta al colegio presencial, Patricia lo tiene claro: «Es necesario para los padres, por motivos de conciliación, y para los niños por bienestar mental». La presión a la que familias como la suya se ven sometida es tal que, reconoce la madre, «conozco a padres que están diciendo que tienen síntomas para no ir a trabajar y poder cuidar de los niños» porque en casos como éste, tirar de los abuelos no es una opción.

En Cataluña, la decisión de volver a las clases presenciales y limitar los confinamientos, ha sido en general bien acogida entre la comunidad educativa, si bien los sindicatos de profesores habían reclamado postergar el retorno a las clases. Desde la administración se aplaude el acuerdo, lo mismo que las AMPAs, que temían otro quebranto familiar, laboral y social.

«No podemos cargar sobre las espaldas de las familias la falta de previsión y ayudas», expone a ABC Joan Prat, padre de dos alumnas en un centro de primaria público en Barcelona. «Tanto mi pareja como yo podemos teletrabajar, y podríamos más o menos organizarnos, aunque esa tampoco es solución. Pienso en las familias que no pueden dejar de acudir a su puesto de trabajo», explica este padre, que insiste en que los niños y sus familias han sido quienes más han cargado con el peso de la pandemia.

Desde el Sindicato de Familias, una agrupación que había anunciado movilizaciones si no se retomaban las clases presenciales el 10 de enero y que ha recogido más de 24.000 firmas en la plataforma Change.org, han recibido la noticia «con alegría» aunque se han mostrado «sorprendidas» por el hecho de que no se haya planteado una bajada de ratios en las aulas ni permisos por confinamiento.

«Nos sorprende que no se haya puesto sobre la mesa una bajada de ratios (tanto por motivos epidemiológicos como educativos) y un permiso retribuido de cuidado en el caso de un aula confinada o un menor en cuarentena. Creemos que esas son las dos necesidades más inmediatas», ha subrayado a Europa Press la portavoz del Sindicato de Familias, Miranda del Corral.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Yo No Renuncio, Laura Baena, considera «curioso» que tengan que «dar las gracias» y «aplaudir» que se mantenga la vuelta al colegio el día 10 cuando es «lo normal» y ha denunciado que las familias siguen teniendo «los mismos problemas» de conciliación y están «agotadas».

Según ha indicado, las familias vuelven al colegio tras las vacaciones de Navidad «sin apoyo» porque «no hay bajas laborales, no se facilita el teletrabajo» y tampoco se hacen test masivos en el regreso a las aulas, como por ejemplo hacen en Reino Unido.

«Hay familias que no pueden pagar test o familias que hacen PCR de su bolsillo para estar tranquilas al dejar a los niños con los abuelos en una cuarentena preventiva, porque tienen que trabajar. Y no digamos si son familias monomarentales. Me genera frustración que se siga abndonando a las familias», ha lamentado.