Armengol ordena a los hospitales usar carteles en «exclusivamente» en catalán y revisarlos cada semana
El servicio de Salud 'prohíbe' escribir en castellano: «Si hay que hacer una traducción, hay pedirla al servicio de asesoramiento lingüístico»
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Iniciar sesiónTodos los carteles de los centros de salud y hospitales de Baleares deberán pasar el filtro del Servicio de Planificación Lingüística del Gobierno y revisarse, al menos, una vez a la semana para asegurarse de que están escritos «exclusivamente en catalán». Al ingente trabajo ... diario de los médicos y enfermeras de las Islas se suma la recurrente supervisión de la cartelería bajo la prohibición velada de escribir el castellano. «Por norma general los carteles han de estar exclusivamente en catalán», ordenan desde el Servicio balear de Salud a los profesionales sanitarios en un correo interno fechado el 21 de febrero al que ha tenido acceso ABC . Si la información es inteligible para los castellanohablantes, no hará falta traducirlo al español. «Si no es el caso, habrá que pedir una traducción al servicio de asesoramiento lingüístico» para valorar si es necesario, incluye la circular.
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La dirección general del Servicio de Salud de las Islas Baleares ha dado un tirón de orejas a sus empleados y les ha avisado de que «es imprescindible que envíen todos los carteles, hasta los más simples, al Servicio de Planificación Lingüística», un ente que actúa como una «gestapo lingüística», denuncian fuentes sanitarias, y cuya «función más relevante es la aplicación de la normativa lingüística vigente en el sector sanitario público», según la web del IB-Salut.
La advertencia a los sanitarios se produce después de recibir quejas porque hay centros de salud y hospitales donde siguen usando con naturalidad el castellano para informar a los pacientes con escritos colgados en las puertas de las consultas o en los tablones.
Catalán, como mínimo
Desde el pasado 1 de octubre, el Servicio balear de Salud exige que todos los carteles estén, como mínimo, en lengua catalana. Esta medida se acordó tras una crisis entre los socios de gobierno por el expediente a una médico denunciada por motivos lingüísticos. El pasado 30 de agosto un perfil de Twitter denunció que una médico del centro de salud de Son Pisá, en Palma, se había negado «a entender» a su madre, de 79 años, en catalán . Al día siguiente miembros de Arran, entidad juvenil vinculada a la CUP, hicieron una pintada en la fachada del ambulatorio que rezaba 'Basta de agresiones lingüísticas'. El catalanismo de Baleares se movilizó en las redes sociales «contra las agresiones lingüísticas» y a favor del «derecho a vivir en catalán». La Consejería de Salud, comandada por el PSOE, restó importancia a estas denuncias y encendió los ánimos en el seno del Gobierno, especialmente en los nacionalistas de Més.
Las hostilidades dentro del Govern llegaron a tal extremo que se tuvo que convocar una reunión de tipo sectorial para suavizar las tensiones entre los partidos, cada vez más pendientes de diferenciarse de cara a unas próximas elecciones. El principal acuerdo fue la apertura de expedientes informativos -y sancionadores si se considera oportuno- a cualquier sanitario que reciba una denuncia en la Oficina de Derechos Lingüísticos por no usar el catalán o no permitir hacerlo a los pacientes. También se acordó exigir que todos los carteles estén, como mínimo, en lengua catalana.
Poco después, Salud ordenó la retirada de todos los carteles escritos en castellano. Los sanitarios no hicieron caso y el Govern optó por mandar operarios que arrasaron con todos los escritos en esta lengua, pese a ser información sanitaria de interés. Cuatro meses después y en plena negociación de la ley educativa, los nacionalistas de Més han conseguido que el castellano se suprima como lengua vehicular en la enseñanza y que los sanitarios reciban otro tirón de orejas a cuenta del catalán.
«Absurdeces»
Los médicos consultados muestran su hartazgo y se resisten a aplicar esta normativa «politizada» que les lastra en su día a día. Se quejan de que entre las instrucciones se les indican «absurdeces» como que cambien el cuerpo de la letra «con limitaciones», que no añadan logotipos u otras imágenes sin el visto bueno del servicio de asesoramiento lingüístico o que usen carteles verticales si los mensajes son largos.
La nota interna remitida por el director general de Salud, Juli Fuster , también pide a los trabajadores que envíen fotografías de «toda la rotulación fija» y que quiten «todos» los carteles elaborados por ellos mismos «estén en el idioma que estén». Una vez retirados, deben recopilarlos, empaquetarlos y mandarlos por correo interno al Servicio de Planificación Lingüística.
Los carteles de publicidad y de campañas, las comunicaciones sindicales y los anuncios particulares no se retirarán si tienen la «autorización oportuna para ser expuestos». No obstante, recuerda Fuster que la revisión de los carteles no será puntual sino que se habrá una al menos cada semana.
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