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Los argumentos del juez para anular el sindicato de prostitutas y los de OTRAS para recurrir el fallo

El próximo sábado decidirán si replantean sus estatutos y los adaptan a la sentencia de la Audiencia Nacional

La Audiencia Nacional anula los estatutos del sindicato de trabajadoras sexuales EFE

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La Audiencia Nacional ha dejado en papel mojado el sindicato de prostitutas que registró «por error» el Gobierno y lo ha abocado a desaparecer. La Sala de lo Social fijó ayer que es ilegal un contrato cuyo objeto sea la prostitución por cuenta ajena y ha anulado los estatutos del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS, que recurrirá la sentencia al Tribunal Supremo.

Según los magistrados, la ley española no ampara «un contrato en virtud del cual el trabajador asuma la obligación de mantener relaciones sexuales que le indique el empresario con las personas que éste determine a cambio de una remuneración». Avalar el sindicato supondría amparar el rol de los proxenetas, una actividad delictiva en España.

Con su decisión, el tribunal admite de forma parcial las demandas interpuestas por dos colectivos –la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres y la Plataforma 8 de Marzo de Sevilla–, a las que se adhirió la Fiscalía, que alegó que el objetivo oculto del sindicato era legalizar la prostitución por cuenta ajena. La Audiencia Nacional rechaza pronunciarse sobre la disolución del sindicato, pues esta pretensión debe plantearse en otro proceso.

La sentencia explica que la ilegalidad de los estatutos se debe a que avalarlos supondría admitir que el proxenetismo sería «una actividad lícita» y reconocer que los proxenetas tienen derecho a «crear asociaciones patronales con las que negociar condiciones de trabajo y frente a las que se pudieran adoptar medidas de conflicto colectivo». Este reconocimiento significaría que los proxenetas podrían negociar «las condiciones» en las que debe desarrollarse la actividad de las prostitutas, «disponiendo de forma colectiva de un derecho de naturaleza personalísima como es la libertad sexual». Según ese derecho, cualquier persona puede decidir con qué persona quiere mantener sexo, en qué momento y qué tipo de prácticas, circunstancias sobre las que el proxeneta ejercería todo su poder si hubiera un contrato laboral de por medio.

Los jueces explican que el sindicato reconoció que entre sus actividades se incluían las relacionadas «con el trabajo sexual en todas sus vertientes», lo que comprende actividades de alterne y la prostitución «bajo el ámbito organicista». Todo ello no resulta válido como objeto de un contrato.

Recurrirán el fallo

La más satisfecha ayer era la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio , quien se «congratuló» de la decisión de la Audiencia Nacional, que ha subsanado «el gol» que un día la Organización de Trabajadoras Sexuales (OTRAS) metió por toda la escuadra al Gobierno. El pasado septiembre Concepción Pascual, directora general del Trabajo, tuvo que dimitir por este escándalo.

Airada fue la respuesta, no obstante, de Sabrina Sánchez , portavoz del sindicato ilegalizado, así como de la secretaria general, Concha Borrell. Ambias anunciaron ayer que recurrirán la anulación de sus estatutos, si bien tampoco tienen reparos en «modificar los estatutos, que sabíamos que nos iban a durar poco tiempo, y adaptarlos al fallo». Tomarán esta decisión en una reunión que celebrarán el próximo sábado.

Según dijo a este diario el portavoz del movimiento internacional de las trabajadoras sexuales, Juan Florián , «la lucha continúa» y aunque no les ha pillado por sorpresa esta decisión, sí confirma la tendencia «abolicionista» (que consiente la práctica de la prostitución y penaliza al cliente y al proxeneta) del Ejecutivo español. Borrell definió ayer la sentencia como «la crónica de una muerte anunciada», pero reafirmó que el fallo no invalida el sindicato nacido en Barcelona, que continuará constituido.

«Haremos unos estatutos que nos sirvan para trabajar durante el día a día y nos sirvan para defender nuestros derechos laborales», remarcó Borrell, quien suscribió que «plantarán batalla» . Florián resume, desde París, donde ejerce, que «solo se ha perdido una oportunidad».

Borrell calificó ayer en declaraciones a los periodistas de «difamatorias» las acusaciones al sindicato de querer legalizar el proxenetismo, ya que no quieren «tratantes» a su alrededor.

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