Alemania llega a casi 2.300 nuevas infecciones, un nivel que no se alcanzaba desde el pasado mes de abril

Solo en la capital, han muerto ya 227 personas, y la región con mayor mortalidad, Baviera, lamenta ya 2.648 víctimas. Para proteger a sus 16 millones de habitantes, el gobierno de Baviera ha decretado nuevas medidas en los últimos días, quedando prohibido el consumo de alcohol en la calle y vigilando muy especialmente el recinto ferial donde cada septiembre se celebra la Fiesta de Cerveza, el tradicional Oktoberfest, cancelado este año por la pandemia. Apenas ha sido superada la línea roja de las 50 infecciones por cada 100.000 habitantes en una semana , los gobiernos aumentan las restricciones y el factor R, cuyo límite es 1, se encuentra en Baviera en 1,6. En Renania del Norte- Westfalia, la región más poblada del país y con un total de 64.692 casos y 1.844 muertos, han sido canceladas las celebraciones del próximo carnaval.

«En este momento, nuestro sistema de salud puede manejar bien la situación, pero la dinámica en Europa es preocupante», ha dicho el ministro de Salud, Jens Spahn , que insistentemente llama la atención sobre «el respeto a las reglas de distancia e higiene». Las camas UCI con respirador del sistema sanitario alemán no están ni siquiera a un 50% de su capacidad y está gestionando la recepción de pacientes procedentes de Francia, con 13.215 nuevas infecciones en las últimas 24 horas, y Polonia, con 1002 nuevas infecciones en un día, más casos que nunca desde el comienzo de la pandemia.

A pesar de que el inicio del curso hacía prever la llegada de la segunda ola, no están siendo los colegios los focos de contagio y solo en un pequeño número de casos se remontan los rastreos a restaurantes, hoteles y oficinas. Según un estudio del Instituto Rovbert Koch, la mayoría de los brotes tienen lugar en los hogares, con un promedio de 3,2 personas infectadas. Las residencias de personas mayores son los segundos lugares más afectados , con 19 infecciones en promedio, y en tercer lugar aparecen los hogares de refugiados, que registran una media de 21 infecciones por brote.