La Aemet desmiente al alcalde de Tafalla: «Los avisos sí estaban activados»

«Nuestros avisos se envían a Protección Civil, a las delegaciones del gobierno y Emergencias 112, entre otros, quienes se encargan de ir notificando según sus protocolos a los diferentes usuarios afectados. En toda Navarra teníamos activados avisos de nivel amarillo por precipitación y por tormenta desde el día anterior », ha declarado a ABC Delia Gutiérrez, técnica Superior de Estudios y Desarrollos del Área de Información Meteorológica y Climatológica de la Aemet.

La dana –un embolsamiento de aire frío en altura– es una situación más frecuente durante la primavera o el otoño aunque no es extraño que ocurra en verano. No obstante, «lo extraordinario es que fueron muy generalizadas por la inestabilidad –diferencia de temperatura entre las capas altas y bajas de la atmósfera– tan acusada», explica la experta.

Esta inestablidad junto a la «cizalladura» vertical –variación espacial del viento– y la humedad, generaron una «convención organizada» , es decir, sistemas de mayor duración e intensidad.

Las condiciones que se dieron el pasado lunes eran «especialmente favorables» para el desarrollo de tormentas fuertes en buena parte del norte y del este peninsular, por lo se habían activado avisos por precipitaciones y tormentas en 31 provincias de la zona.

El aviso de nivel amarillo implica la aparición de «tormentas generalizadas con posibilidad de desarrollo de estructuras organizadas y lluvias localmente fuertes y/o vientos localmente fuertes y/o granizo inferior a 2 cm. Dado el carácter de estos fenómenos existe la posibilidad de que se puedan producir tormentas de intensidad superior de forma puntual ».

El nivel superior, naranja , del que se avisó el lunes por la tarde, significa riesgo por «tormentas muy organizadas y generalizadas. Es posible que se puedan registrar lluvias localmente muy fuertes y/o vientos localmente muy fuertes y/o granizo superior a 2 cm. También es posible la aparición de tornados », según la Aemet.

Las tormentas de verano son algo relativamente habitual. «El calentamiento diurno hace el aire más ligero y, en condiciones favorables, pueden establecerse corrientes ascendentes que eleven el aire hasta niveles más fríos donde se condense la humedad, dando lugar a lo que llamamos "nubes de desarrollo". Cuando estas corrientes ascendentes son muy intensas, pueden dar lugar a nubes de tormenta, de gran extensión vertical», indica Gutiérrez.

Aun así, la agencia asegura que las tormentas son uno de los fenómenos más difíciles de predecir . «Conocemos bien cuáles son las condiciones favorables a su ocurrencia pero no podemos, hoy por hoy, predecir con exactitud el lugar, la hora y la intensidad que tendrán. Sería como saber predecir cada uno de los remolinos que se forman en la corriente de un arroyo, o cada una de las burbujas que se forman en una olla de agua hirviendo», explica.