Los obispos españoles se comprometen a no derrochar agua ni despilfarrar luz

En la encíclica, el Papa Francisco advierte del comportamiento «suicida» de un sistema económico mundial que ha convertido el planeta en un «depósito de porquería» y afirma que «el estilo de vida actual» es «insostenible». El pontífice denuncia el «mecanismo consumista compulsivo » que contribuye a la destrucción del planeta y aboga por hacer una «sana presión» contra quienes tienen «el poder político, económico y social».

«Es un escrito mayor que merece la pena ser leído y releído , que da que pensar, da que sentir, invita a actuar y también a gozarse», ha apuntado el presidente de la CEE, que ha asegurado que el texto será considerado «en profundidad» por la Iglesia española y «no caerá en terreno baldío».

No obstante, Blázquez ha indicado que desde la CEE no se han concretado actuaciones «de carácter operativo», puesto que considera que son necesarios «pasos intermedios». Sí se ha referido a la «ecología cotidiana», que –según Blázquez– defiende la encíclica . «No podemos despilfarrar el agua, no podemos usar desaprensivamente la luz, se puede vivir con sobriedad y con alegría», ha afirmado el también cardenal arzobispo de Valladolid.

Ha destacado que, en su texto, el Papa, «de una manera pastoral y muy cercana», invita a bendecir la mesa y agradecer el trabajo de unas personas que han posibilitado que nos sentemos en la mesa. «Es una reflexión de ecología ordinaria preciosa» , ha subrayado. Ha reconocido que, durante la lectura de la encíclica, ha quedado «gratamente sorprendido» por los horizontes que abre un texto que ha calificado de «excelente» y «perfectamente trabado».

Blázquez ha comparecido acompañado del secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, que ha hecho un llamamiento para incorporar el mensaje del Papa a la mentalidad de los católicos. También han participado los rectores de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Luis Martínez, y el de la Pontificia de Salamanca, Ángel Galindo.

Para Martínez, el Papa nos hace conscientes de «la urgencia inaplazable» de abordar la cuestión ética que hay e n la degradación de la ecología social y humana y mantiene que la ciencia sola no puede plantear adecuadamente las cosas sin resolverlas, porque se trata de una cuestión moral «de primera magnitud». Se ha referido también a su crítica al «antropocentrismo desquiciado» que impide comprender cuál es el lugar del ser humano en el mundo y su relación con la naturaleza.

Preguntado por la forma de enfocar la encíclica del Papa a la realidad española y cómo se ha actuado desde el Ejecutivo ayudando a los bancos durante la crisis económica, el rector de la Universidad Pontificia de Comillas ha dicho que, si ha habido que salvar a los bancos por el bien del conjunto de la sociedad, «no puede ser juzgado como algo moralmente negativo». Sin embargo, ha matizado que, cuando esto ocurre, no se puede permitir que los que menos tienen salgan perjudicados , porque se reduzcan los servicios sociales.

Por su parte, Galindo ha recordado que el Papa pide que la economía y la política estén al servicio de la vida y hace una llamada a la sobriedad, porque «puede haber para todos, pero debemos ser sobrios».