Hazte premium Hazte premium

El «frente italiano» vuelve a filtrar documentos del Vaticano

Atacan al cardenal australiano George Pell, nuevo secretario de Economía

El «frente italiano» vuelve a filtrar documentos del Vaticano reuters

juan vicente boo

La reforma de la Curia vaticana incluye centralizar la gestión económica y reducir mucha burocracia, una medicina desagradable para muchos altos cargos italianos que van a perder sus puestos o, al menos, parte de su poder. El contraataque del «frente italiano» incluye volver a filtrar documentos internos como en la época de « Vatileaks » que amargó los últimos dos años del pontificado de Benedicto XVI.

Las filtraciones al semanario «L’Espresso» contienen, en realidad, poca información relevante. El reportaje consiste sobre todo en dimes y diretes de cardenales italianos imposibles de verificar, condimentados con fuertes dosis de hipérbole: «Insultos, luchas fratricidas, ataques personales. La tensión en el Vaticano ha subido a nivel de las estrellas».

Se trata de críticas al cardenal australiano George Pell , nuevo secretario de Economía, cuyo departamento ha asumido competencias de control económico y gestión dispersas antes en cuatro organismos: la secretaría de Estado, la gobernación del Estado del Vaticano, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Pero el hecho de que aparezcan en la prensa documentos internos del Vaticano causa siempre malestar y recelos, incluso cuando el documento principal sea tan aburrido como el acta de una reunión cardenales de la Sección Extraordinaria del APSA, que administra ahorros del Vaticano en una cartera de valores.

Como «aviso» al cardenal Pell –a quien detestan por su control de gastos del Vaticano- , sus adversarios han filtrado partidas de gastos de la nueva secretaría de Economía: sueldos altísimos de financieros traídos al Vaticano, viajes aéreos en clase business e incluso facturas por un total de 2.508 euros en la sastrería Gammarelli.

En realidad, el cardenal australiano se ha ganado enemigos innecesarios por su tono derogatorio respeto a la administración económica «a la italiana» que ha predominado en la Santa Sede y que ha multiplicado los escándalos en el banco del Vaticano (IOR).

El pasado mes de diciembre, Pell anunció a bombo y platillo haber «descubierto» fondos ocultos por cientos de millones de euros en distintos organismos del Vaticano. Se trataba, en realidad, de los «fondos reservados» para emergencias que mantienen fuera del balance tanto la secretaría de Estado como otros departamentos, con pleno conocimiento de los altos responsables.

Así como la buena gestión económica es el punto fuerte de Pell, su error táctico puede haber sido enfrentarse a sofisticados burócratas italianos como si fuese un partido de futbol americano.

En todo caso, teniendo presente el recorte de gastos y personal que se está aplicando en el Vaticano –congelación de ascensos y de sueldos, bloqueo a la contratación de nuevo personal, eliminación de horas extras, reserva de los nuevos títulos de «monseñor» a sacerdotes de más de 65 años en lugar de 35, etc.-, lo asombroso es que el malestar de muchos «carreristas» frustrados no esté resultando más visible.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación